[A por ellos de Mikel Recalde] Magunazelaia es con Z de Zubieta

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Las cosas como son. Hay que ser un gran técnico y una mejor persona aún para salir en la sala de prensa tras haber sellado el liderato de un grupo de Champions extraordinariamente exigente y explicar de esta manera cuál es el secreto de su éxito: “Contar con muy buenos jugadores que van a muerte con la idea del entrenador. Luego hay que tenerlos bien puestos para jugar y arriesgar como lo hemos hecho en semejante estadio”. Aunque prefiero hablar de hazañas que de hombría y, a pesar de que a veces la salida de balón del equipo txuri-urdin nos sigue cortando la respiración (el pase de Remiro y la conducción erguido y cabeza arriba de Zubimendi al más puro estilo Karpin en el minuto 3 en San Siro queda para el recuerdo del origen de su juego), el mayor acto de valentía del pasado martes lo volvió a protagonizar Imanol. Corría el minuto 77 del ya inmortal encuentro en el Giuseppe Meazza, la Real había recuperado de nuevo el control en la segunda parte y sólo le quedaba superar la última gran prueba, que era aguantar la última ofensiva local con los cambios. Como recordarán en la ida disputada en Anoeta, los cinco internacionales neroazzurri que salieron de refresco empataron un partido que debieron perder por goleada y no lo ganaron de milagro. Porque no duró cinco minutos más.

En resumen, desde el banquillo txuri-urdin ya habían visto saltar al campo a Lautaro, Barella, Bastoni y Arnautovic. Casi nada al aparato. Un entrenador normal estaría a punto de coger el teléfono de Gila para intentar llegar a un acuerdo con el enemigo. Pero Imanol está hecho de otra pasta. Cree a pies juntillas en lo que hace y en la filosofía de club. Sin los lesionados Barrenetxea y Cho, miró a su derecha y, a pesar de contar con Tierney, Carlos o André Silva, decidió sacar a Magunazelaia. Para nosotros el capitán del Sanse, una alternativa interesante. Para la gran mayoría, ¿quién es ese? Y si le dio un impulso para consultar sus datos se sorprendería aún más, ya que esta temporada sólo había disputado, y sin mucha suerte, la primera parte del partido de Copa ante el Buñol. Pasó en nueve días de enfrentarse con el filial a la Ponferradina en Zubieta a jugar el último cuarto de hora en la pasarela de Milán. Y sí, es verdad que al aficionado txuri-urdin tampoco le sorprendió en exceso, pero el enorme mérito de apostar por este chaval de Eibar es única y exclusivamente de Imanol. Nadie hace club como él. Y eso que seguro que había muchos aficionados comentando cuando vieron la alineación, porque también se escuchó en la zona de prensa, lo fácil que era optar por retrasar a Zakharyan en detrimento de Turrientes, que también se merecía jugar para ocupar la plaza de Brais. Imanol siempre te acaba colocando en tu sitio.

Y es curioso porque, en el duelo de ida, muchos hubiesen abogado por sacar a Maguna en lugar de Odriozola, que acababa de aterrizar y al que le pudo la ansiedad en una posición adelantada en la que no actuaba desde hacía tiempo. Ya lo dijo Merino, si hay algo por lo que también destaca y le convierte en un técnico muy especial, es que tiene la humildad para ser una esponja y aprender, no ya de los errores, sino de todas las situaciones que vive en la competición: “Es lo que nos faltaba en los primeros años en Europa, ahora con jugadores más maduros y con un entrenador que también ha aprendido con los años, somos un equipo bastante mejor. El hecho de mantener el mismo grupo hace que nos conozcamos mejor y demos un plus”.

Ha pasado inadvertido porque, en cuanto el árbitro pitó el final y hay algo que celebrar, los de Imanol eclipsan a todos los demás, pero hay una imagen preciosa nada más acabar el encuentro y es el abrazo que se dieron los chavales del Sanse. El primero en recibir a Maguna, que esbozaba una sonrisa de oreja a oreja, fue Dadíe, para después ser agasajado por Pacheco y Unai Marrero. El eibartarra, que insisto no cuajó una buena actuación en la Copa, ya ha demostrado que es un futbolista con personalidad. De los que no se arruga, mete el pie, se pega con todos y, a pesar de ser un delantero centro y como confirmó en Milán, no le tiembla el pulso para hacer faltas. Y si puede, además, hace lo que mejor sabe hacer, que es buscar la portería contraria. Para el recuerdo de muchos sus últimos diez minutos en el memorable duelo ante el United en el que se certificó el primer puesto con diez bajas.

Lo publicaba la propia Real, nadie ha utilizado más canteranos en esta primera fase de la Champions. Eso es algo que va en nuestras señas de identidad, pero algo ha cambiado en Zubieta. Y ahí estaba para ratificarlo la rabia del equipo de la Youth League por ser eliminado ante todo un gigante como el Inter que me recordó a lo que sufrieron los Odriozola y compañía hace diez años tras caer contra el Schalke de Sané. Como lo confirma el filial de Xabi Alonso que ascendió o el de Sergio Francisco que se encuentra en el camino de lograrlo. Primero se elaboran bloques competitivos, en los que, al igual que sucede en los mayores, los mejores futbolistas trabajan como soldados rasos. Y el equipo funciona, pero, además, cuando Imanol decide apostar por uno de la casa, estos siempre responden. Ninguno pierde pie o le puede la presión. Compiten a lo Magunazelaia. Con Z de Zubieta y no con C de canterano, como escribió la retransmisión oficial (y con I en vez de Y). Lo explicaba a la perfección el tolosarra en la entrevista con Valdano: “La Real tiene muy presente el sentimiento de la cuadrilla. Están haciendo una gran obra. Estando dentro lo ves, pero fuera compruebas la admiración que genera. La gente valora lo difícil que es lo que están haciendo. Rendir a ese nivel con una base de Zubieta. Yo lo cuento mucho en Leverkusen y me preguntan: ¿Pero eso lo están haciendo de verdad? Pues sí, lo están haciendo”.

Toda esa cadena de trabajo no sería posible sin el valor ni el arrojo de su entrenador, al que no le tiembla el pulso para recurrir a los que llaman a la puerta o al que ve preparado. Que se lo pregunten a Maguna. Y a los muchos potrillos que vendrán por detrás. Afortunados ellos que tienen a Imanol de entrenador y que no duda en sacar al capitán del Sanse en lugar de a fichajes estrellas en uno de los momentos de la temporada. ¡A por ellos!

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