Ya nadie piensa en salvar la Navidad
Ya nadie piensa en salvar la Navidad
La obsesión de “salvar la navidad” parece descartada. Si por salvarla se entienden cenas multitudinarias, abrir la hostelería sin restricciones o levantar la mayoría de limitaciones vigentes. Más allá de pequeñas discrepancias en las medidas —6 o 10 personas en las reuniones, contando niños o sin computarlos, media hora arriba o abajo el toque de queda—, tanto el Gobierno como las comunidades autónomas comparten una estrategia muy similar, que están tratando de consensuar para lanzar un mensaje común a la ciudadanía. Van con pies de plomo para que no suceda lo mismo que en el verano, cuando se incubó y comenzó la segunda ola que ahora se está rebajando. Tanto autoridades como epidemiólogos comparten que, a pesar de todo, el riesgo de un rebrote —incluso de una tercera ola tras las fiestas— es elevado; pero son pocos los que proponen medidas todavía más restrictivas, como podría ser un confinamiento total que impidiera reunirse a las familias. El destino de la curva queda, pues, en buena medida, en manos de los ciudadanos y las precauciones que tomen en los reencuentros.Seguir leyendo