No fue un filósofo, pero tampoco hace falta serlo para lanzar semejante reflexión. El actor japonés Hiroyuki Sanada declaró en su día: “Hay quienes desean una piscina en su casa, mientras que aquellos que la tienen apenas la usan. Quienes han perdido a un ser querido lo extrañan profundamente, mientras que otros que los tienen cerca a menudo se quejan de ellos. Quien no tiene pareja la anhela, pero quien la tiene, a veces no la valora.
El que pasa hambre daría todo por un plato de comida, mientras que quien tiene de sobra se queja del sabor. El que no tiene coche lo sueña, mientras que quien lo tiene siempre busca uno mejor. La clave está en ser agradecido, en detenerse a mirar lo que poseemos y comprender que, en algún lugar, alguien daría todo por lo que tú ya tienes y no aprecias”.
Expectativas
Deberíamos leerla una y otra vez, no ya cuando nuestra Real comienza cada temporada, que tampoco sobraría ni lo vería mal, sino el día en el que se estrena en Anoeta en competición europea. Es importante mantener los pies en el suelo y conocer el terreno que se pisa, porque la realidad es la que es y nuestra propia historia, caprichosa e insistente, no duda en recordarnos que esto no fue siempre así de divertido y emocionante.
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Que nuestro club ha pasado por todo tipo de aventuras a lo largo de su trayectoria, desde ser denominado el equipo ascensor porque subía y bajaba constantemente hasta tocar el cielo con dos títulos de Liga, que se dice pronto. Por ejemplo, mi aita siempre me ha explicado que en la época de subir y bajar en Atocha se lo pasaban mejor cuando estaba en Segunda por el simple hecho de que ganaban muchos más partidos. Un argumento que, por supuesto, los de mi generación ya no le comprábamos porque yo no conocí el infierno hasta superada la treintena.
Grandes citas
No es normal que Donostia se vista de gala para acoger el quinto estreno consecutivo de la serie de Imanol en Europa. Con los matices que se quieran, en esto ha superado hasta a los más grandes de la leyenda txuri–urdin. La anterior vez llevó la firma, cómo no, de la Generación de Oro. Incluso después de lograr las dos Ligas, y en esa época en la que se incluye la Copa ganada en 1987, salir al viejo continente siempre era muy especial. Y la visita de los clubes importantes extranjeros soliviantaba y enajenaba a la ciudad. No precisamente por sus ultras y el peligro que podían ocasionar, sino por el atractivo y la originalidad de recibir a un rival histórico o simplemente desconocido. Y ganarle, claro.
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Reitero, no nos podemos acostumbrar a recibir a todo un Anderlecht como lo hace el que ya no siente las mariposas revolotear en su estómago por ver a su Real codearse con gigantes continentales. En una semana en la que en ese, en muchas ocasiones, sumidero que es Twitter, toca que nos acusen de ser madridistas por exigir por enésima vez que limpien la cloaca del fondo de la afición atlética (aunque aceptamos pulpo como animal de compañía, no me reconozcan que tendría narices que por fin les echaran por lanzar mecheros al portero del equipo de Florentino en lugar de por asesinar a Aitor y mancillar su memoria durante años), uno recuerda escuchar en la radio al coloso bruselino liderado por Scifo en aquella mítica eliminatoria de Copa de la UEFA en la que el Madrid le remontó un 3-0 tras firmar Butragueño una de sus primeras grandes noches (hat–trick para un inimaginable 6-1).
Equipo laureado
El Anderlecht está considerado top ten de equipos en el siglo XX. Su palmarés es envidiable con 34 ligas, 9 Copas y 13 Supercopas de Bélgica. Además de, abróchense los cinturones, dos Recopas de Europa (1975-76 y 1977-78), dos Supercopas de Europa (1976-77 y 1978-79) y una Copa de la UEFA (1982-83). Como carta de presentación no está mal a pesar de que no ha ganado una liga desde la campaña 2016-17.
Imanol Alguacil, en su competencia en Anoeta antes del partido ante el Anderlecht. R. S.
Como bien dice Sanada, hay que valorar y apreciar que la Real juegue en Europa y vaya a recibir al Anderlecht en Anoeta. Y sobre todo, no podemos estar quejándonos de todo, porque es una actitud que no nos va a aportar absolutamente nada. Cuando Imanol rota, porque tira el partido; cuando no lo hace, porque desgasta la plantilla; cuando no realiza cambios y no modifica su plan, porque es un inmovilista; cuando jugamos con pocos canteranos, porque no se da importancia a Zubieta y no reconocemos a los nuestros; cuando sale con nueve de casa, ocho de ellos guipuzcoanos es una temeridad y no hay nada que hacer. Yo me declaro miembro de la resistencia del viejo testamento, el de las exitosas cinco campañas de Imanol, con levantamiento de Copa incluido.
La juventud, la piedra angular del proyecto
Visto lo visto y teniendo muy claro que su plan renove se basa en la juventud, una circunstancia que no nos han consultado y que yo siempre he pensado que para confeccionar una plantilla la planta bisoña tenía que ser la de casa y que la de las incorporaciones el repertorio debía ser más amplia con veteranos y noveles, me da la sensación de que la Real ha decidido ganar tiempo.
Mal inicio
Es evidente que comenzar mal no entraba en los planes porque nadie se echaría piedras contra su propio tejado, pero uno de los pilares de la planificación parece que ha sido intentar evitar el bajón de los meses de febrero–marzo que han acabado costando la dolorosa serie de eliminaciones europeas. Pienso que desde la dirección deportiva se han empeñado en tratar de proporcionar una caja de herramientas más completas a un entrenador que es plenamente consciente de que tiene que controlar el desgaste de sus instrumentos para llegar a tono a meses clave de la competición.
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Quizá este curso nos tengamos que olvidar de recitar de memoria una alineación que seguro que era la base de la gloria de nuestra Real y del Anderlecht en su época dorada de las décadas de los 70 y 80, aunque hoy en día el fútbol ha cambiado mucho y el mejor atajo para volver a tocar el cielo se basa en nuevos criterios como son el descanso, la recuperación, el tener las piernas frescas y el disponer de una paleta de muchos colores para mezclarlos en cada partido. Para llegar a hollar el pico de los cruces donde se conseguiría dar el paso, que para mí supondría la gran novedad y el mejor avance de esta hoja de ruta, hay que superar esta fase de grupos. Y el gigante belga ya puede consultar en el citado libro de historia txuri-urdin que torres más altas han caído en Donostia. En Atocha y en Anoeta. ¡A por ellos!