[A por ellos] "No conocemos el miedo", por Mikel Recalde

En vísperas de la visita del actual mejor equipo del campeonato, nada mejor que recordar una preciosa anécdota de Eduardo Chillida, uno de los donostiarras más ilustres cuyo centenario se viene celebrando este año. Creo que ya he comentado en más de una ocasión que, por vínculos familiares, fue la primera persona que entrevisté para una asignatura de la universidad. Recuerdo que el profesor se quedó impresionado e incluso me llegó a insinuar a ver si era auténtica (no entiendo su desconfianza, con lo buen estudiante que era yo…). En la misma, como yo le tiré mucho por su pasado como portero de la Real, no tardó demasiado en contarme una historia muy graciosa de su esposa. Como recordarán, una lesión le retiró muy pronto del fútbol y, muchas veces, cuando iba al mercado a comprar y decía su nombre para reservar algún producto le comentaban: “Chillida, qué hubiese sido de él si no llega a lesionarse”. Y Pilar Belzunce, su mujer, que era encantadora, siempre saltaba: “Si no llega a ser por esa lesión hoy sería entrenador del Hércules, el Elche o de algún otro equipo”.
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