[A por ellos] "Somos la Real", por Mikel Recalde

La gesta de Grecia de 2004 sí que fue una oda a lo imposible. Yo la viví particularmente de cerca y puedo decir que aquello resultó tan heroico como milagroso. Mucho más de lo que la gente se piensa, ya que la mayoría solo recuerda su hazaña de levantar la Eurocopa 2004. Cuando comencé a cubrir la información de la selección absoluta, a mis 27 años y siendo de largo el más joven de las expediciones, y después de cubrir el homenaje a Puskas en agosto celebrado en Budapest, me estrené en partido oficial en Grecia. Aún me acuerdo de mi estupefacción cuando la policía helena nos abría paso en mitad del insufrible tráfico de Atenas para llegar del entrenamiento de los mayores al estadio del AEK, con muchas similitudes con Atocha, donde jugaba la sub’21. La verdad es que yo alucinaba.
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