Donostia – Las características de la hoja de ruta 2024-25 estaban más que claras para la Real Sociedad, desde hace meses. Sin embargo, el sorteo de Liga celebrado el pasado junio y la confirmación de las fechas en que se disputará la Copa del Rey terminaron luego de configurar el camino competitivo del equipo txuri-urdin a lo largo del curso entrante. Los partidos ya tienen un lugar asignado en el calendario, estando garantizados un total de 47: serán 38 de Liga, ocho de la Europa League y otro de la propia Copa del Rey. A partir de ahí, la cifra definitiva de encuentros dependerá del modo en que los blanquiazules avancen en los dos torneos que constan de eliminatorias.
Suceda lo que suceda, la nueva campaña espera, en términos de agenda, con novedades importantes, centradas en unos meses invernales que resultarán aún más exigentes de lo habitual. En este sentido, será clave concluir la primera fase de la Europa League (pasa de los seis encuentros a los ocho) entre los ocho primeros clasificados, para así evitar la ronda play-off que se juega en febrero. De lo contrario, y siempre y cuando los txuri-urdin no caigan eliminados (entre la 25ª y la 36ª plaza continental), disputar la mencionada eliminatoria comprimiría sobremanera la agenda, durante una fase de la campaña en la que, además, el equipo de Imanol Alguacil se ha acostumbrado a pelear por alcanzar la final de la Copa del Rey.
El curso, por partes
Lo dicho: las novedades de la temporada se percibirán a partir de enero. Hasta entonces, mientras, todo resultará acorde a lo común durante los últimos años. El final del verano y el otoño aguardan con un formato estándar, figurando ahí tres parones internacionales por selecciones (septiembre, octubre y noviembre), seis partidos europeos, dos eliminatorias coperas para abrir boca y hasta 18 jornadas de Liga que, prácticamente, cerrarán la primera vuelta del campeonato. La única diferencia respecto a campañas anteriores residirá en que, al comenzar una semana más tarde la propia Liga, llegar al mencionado parón de septiembre con cuatro fechas disputadas ha exigido colocar una entre semana, el miércoles 28 de agosto (21.30 horas) en Anoeta contra el Deportivo Alavés.
La temporada txuri-urdin se adentrará definitivamente en el terreno de la normalidad a partir del 15 de septiembre, cuando visitará Donostia el Real Madrid. Llegará entonces el turno de alternar tres competiciones hasta finales de diciembre, con el simple pero complicado objetivo de no perder comba en ninguna de ellas: tener a tiro la zona noble en la Liga, encarrillar la clasificación en la Europa League y superar en Copa las dos primeras eliminatorias ante adversarios de categoría menor. Poco después, entrados en 2025, tocará empezar a traducir todo el trabajo previo en circunstancias más palpables, viendo los objetivos marcados mucho más de cerca.
Enero, clave aún así
Enero venía resultando, estas últimas temporadas, un mes crucial para la Copa del Rey, una circunstancia que no se dará este curso. Sí lo será, en cambio, para la Europa League. El mencionado incremento del número de partidos en la primera fase continental (de seis a ocho) afectará principalmente al primer mes de 2025, pues las dos jornadas adicionales tendrán lugar los días 23 y 30. Será entonces cuando se cierre esa macro liguilla de 36 clubes, por lo que los encuentros en cuestión resultarán, además, muy trascendentes. Después, casi sin tiempo para asimilar lo sucedido en ellos, llegarán nuevas contiendas a vida o muerte, con los cuartos de final de la propia Copa del Rey el 5 de febrero (siempre y cuando la Real esté clasificada).
Marzo aguardará luego con una configuración más adecuada a lo habitual, y tras el parón internacional de este último mes llegarán ya las mayores trampas que encierra el calendario, sujetas siempre al rendimiento blanquiazul en Europa y en la Copa del Rey. A partir de abril, cada eliminatoria que superen los de Imanol Alguacil significará un arma de doble filo, pues supondrá un paso importante hacia la consecución de un título pero sobrecargará también la agenda, dificultando poder compaginar los miércoles y los jueves con los domingos ligueros. De este modo, se vería dificultada la meta de sellar un sexto pasaporte europeo consecutivo, pero si algo ha demostrado esta escuadra es ambición en todas sus comparecencias sobre el césped. Así, sobrevivir en los torneos del K.O. se peleará siempre con todas las de la ley, aunque luego penalice en el campeonato doméstico.
Traduciendo a números todo lo expuesto en el anterior párrafo, hay que precisar que en los dos últimos meses de la campaña se disputarán diez partidos de Liga, cinco de Europa League (cuartos, semifinales y final) y dos de la Copa del Rey (la vuelta de las semifinales y la final). En total, 17 encuentros en solo ocho semanas. Jugarlos todos significaría, para la Real, una buenísima señal. E implicaría completar también la campaña más dura en 116 años de historia txuri-urdin.