La Real Sociedad cayó derrotada este jueves en Anoeta contra el Deportivo Alavés, con motivo de un partido que cabe dividir en cuatro fases distintas. Un ajuste del entrenador babazorro a los diez minutos de encuentro, la expulsión de Oyarzabal en el 28 y el definitivo 1-2 marcado por los visitantes en el tramo final significaron, en materia táctica, los puntos de inflexión del derbi. El duelo vasco puede resumirse mediante cuatro capturas de pantalla muy significativas.
1- Un buen arranque txuri-urdin
La Real Sociedad entró muy bien al partido, interpretando con acierto la presión que ejecutaba el Alavés. Como se aprecia en la imagen inferior, los babazorros alternaban con punta y mediapunta (Villalibre y Guridi) las vigilancias a Zubimendi (siempre cubierto) y al central poseedor del balón. Mientras, los extremos Rebbach y Carlos Vicente permanecían más retrasados en una posición intermedia: algo centrados para echar una mano al doble pivote, pero preparados también para salir a por Traoré y Javi López si estos recibían el esférico.
De forma muy trabajada, los de Imanol se las arreglaron para mover rápido el esférico atrás y salir en conducción a través de uno de sus centrales. Al mismo tiempo, el interior de la banda opuesta (Brais en la imagen) ganaba altura para atraer al lateral cercano (Diarra). Y esta amalgama de movimientos se completaba con una diagonal hacia el extremo (Kubo) que quedaba libre. Los diez primeros minutos del encuentro resultaron muy positivos en clave txuri-urdin, con acercamientos peligrosos y buen juego.
2- El retoque de Luis García Plaza
Tras varias acciones similares con Pacheco y Zubeldia como efectivos lanzadores, Luis García Plaza detectó que el partido no podía continuar por el camino inicial. El técnico madrileño del Alavés ajustó a los suyos a través de Carlos Vicente, extremo derecho. En fase defensiva, este pasó a centrar su posición para vigilar las recepciones de Pacheco e impedir que este condujera. Mientras Zubeldia, en el sector derecho, quedaba marcado de forma más fija por Villalibre o Guridi.
El retoque babazorro dio sus frutos. Al Alavés no le importó que ese movimiento interior de Vicente, para encargarse de Pacheco, liberara a Javi López (círculo blanco en la imagen inferior). El lateral canario pasó a ser el jugador flotado (sin marca) por el cuadro vitoriano, y ya no uno de los centrales txuri-urdin. Ante este panorama, la escuadra visitante empezó a defender más cómoda que en el arranque. Dentro de este contexto ya más equilibrado, llegó la acción puntual de la tarjeta roja a Oyarzabal.
3- A juntarse tras la expulsión
El partido resultó ya menos complejo en materia de pizarra después de la expulsión del 10 realista. Con uno menos sobre el campo, Imanol ordenó a los suyos en un 4-4-1 que buscaba juntar líneas en defensa, ceder el balón al rival y tratar de explotar la velocidad de Becker, punta dentro del nuevo entramado. Aunque la imagen inferior muestra una acción concreta con Brais cerrrando la banda izquierda y Sergio Gómez en el doble pivote, lo cierto es que gallego y catalán actuaron por lo general en estas mismas posiciones intercambiadas.
Precisamente la circunstancia de jugar con el ex del Manchester City en la banda izquierda resultó clave en el gol anotado por la Real. Sergio Gómez recibió escorado de Zubimendi y sirvió un balón con música para que el propio Brais estableciera el momentáneo 1-0.
4- Buscando el empate
El Alavés consiguió remontar el encuentro, en parte gracias a los movimientos de un Luis García Plaza que hizo cambios ofensivos y pasó a dibujar, ya con 1-1 en el marcador, un claro 4-4-2 con Toni Martínez y Kike García en punta. Cuando se vio en desventaja, Imanol varió ya el plan en busca del empate, con cambios que llevaron a su equipo a dibujar un nuevo 4-4-1 de medular muy poblada en su zona interior (rombo por momentos).
El técnico oriotarra escogió situar a Zubimendi como central, a Turrientes de pivote y a Olasagasti y Marín de interiores. Las bandas, mientras, eran de arriba abajo para Traoré y Javi López, con Sadiq en punta. ¿Y Kubo? Partía del sector derecho, es cierto, pero tendía a centrarse para buscar las cosquillas interiores al Alavés. Los vitorianos, con el mencionado 4-4-2, tenían la zona medular bastante desguarnecida, e Imanol quiso sumar al japonés a la misma para intentar salvar un punto. No pudo ser.