La 4ª jornada de Liga cierra este domingo el tramo inicial del campeonato, antes del parón por selecciones de la primera quincena de septiembre. Aún con la resaca a cuestas tras el cierre del mercado de fichajes y el sorteo europeo del viernes, la Real Sociedad visita a un Getafe cuyo verano ha resultado cuanto menos peculiar. Los de Bordalás agradecerán a partir de ahora, a buen seguro, la tranquilidad que aporta la rutina de la temporada, en contraste con todos los vaivenes sufridos durante la ventana de traspasos. He aquí cinco claves sobre la situación en que los azulones afrontan el encuentro.
1- Tras una semana ‘limpia’
La Real aterriza en el Coliseum solo cuatro días después de completar contra el Alavés un tremendo esfuerzo físico, compitiendo con un hombre menos durante más de una hora (derrota 1-2). Al Getafe le han correspondido, mientras, ocho días de descanso y entrenamientos tras su último encuentro, disputado el pasado sábado 24 de agosto en casa contra el Rayo Vallecano (0-0). El conjunto de José Bordalás se ha beneficiado de que su encuentro de la reciente e intersemanal tercera jornada, en el campo del Real Betis, fuera aplazado en su día. ¿Por qué?
Las apreturas del calendario 2024-25 resultan notorias, una vez que los torneos europeos han incrementado el número de jornadas. Así, a la Liga no le ha quedado más remedio que programar una fecha entre semana a finales de agosto, coincidiendo de lleno con la última eliminatoria previa de la Conference League. El Real Betis la superó el jueves por la noche batiendo en el Benito Villamarín (3-0) al Kryvbas ucraniano, en un duelo cuya disputa obligó a aplazar el citado partido contra el Getafe. La agenda de la campaña se encuentra tan cargada que el encuentro entre azulones y verdiblancos no se le ha asignado aún una nueva fecha.
2- Digno arranque… pese a todo
Entre temporada y temporada, el Getafe se ha despedido este verano de muchos futbolistas que venían siendo importantes. Hablamos del lateral José Ángel Carmona (Sevilla), del defensa Gastón Álvarez (Al-Qadsiah), del pivote Nemanja Maksimovic (Panathinaikos), del centrocampista Óscar Rodríguez (Leganés) o de los atacantes Mason Greenwood (Olympique de Marsella), Jaime Mata (Las Palmas) y Juanmi Latasa (Valladolid). A todas estas salidas cabe sumar la lesión de Borja Mayoral y la llegada a cuentagotas de algunos refuerzos: Álex Sola (Real Sociedad), Peter Federico (Real Madrid Castilla), Carles Pérez (Celta), Uche (Ceuta), el portero suplente Letacek (Banik Ostrava)…
El cuadro azulón se plantó en la primera jornada sin delanteros, con solo quince futbolistas de la primera plantilla disponibles y una convocatoria para San Mamés completada por tres jugadores del filial, uno de ellos el defensa central Nabil, titular como pivote frente al Athletic. En punta actuó un centrocampista como el citado Uche, recién llegado de la primera RFEF. Y los de Bordalás completaron aun así un más que digno partido en Bilbao, arrancando un valioso punto (1-1) y mostrando una solidez a la que dieron continuidad una semana después contra el Rayo Vallecano (0-0). Los dos empates cosechados en las dos primeras jornadas han dejado, atendiendo a las circunstancias, un buen sabor de boca en Getafe.
3- El esprint final del mercado
Obviamente, las últimas horas del mercado de fichajes se presumían locas este pasado viernes en el club azulón, vistas las necesidades con las que el club encaraba el cierre de la persiana. Sin embargo, esas expectativas de mucho movimiento no terminaron de cumplirse. Durante la semana ya habían llegado al club el defensa central Juan Berrocal (Eibar), el delantero centro turco Bertug Yildirim (Rennes) y el también ariete Álvaro Rodríguez (Real Madrid). Y después, en la recta final, no cristalizaron algunas opciones que se encontraban sobre la mesa, tanto en materia de salidas como de incorporaciones. Bordalás se quejó al respecto est sábado.
La noticia del mismo viernes en clave azulona residió así en la continuidad. Jugadores a quienes la rumorología había situado en la rampa de lanzamiento como Luis Milla, Djené o Borja Mayoral siguen perteneciendo al club. Y tampoco se concretaron algunos intentos realizados para sumar efectivos. Sonó con fuerza el nombre de Bamba, extremo marfileño del Celta. También optó a reforzar la demarcación el croata Josip Bekalo (Fiorentina). Y especialmente significativo resultó el caso del egipcio Ibrahim Adel, ala de ataque que llegó a viajar a tierras madrileñas para formalizar su fichaje. Lo hizo al parecer, eso sí, sin el permiso de su club, el Pyramids, circunstancia que abortó cualquier posibilidad de contratarle. El Getafe se queda con un plantel corto de solo 20 futbolistas.
4- Bordalás, patente de club
El Getafe de los últimos años no se entiende sin la figura de José Bordalás en el banquillo, por mucho que el técnico alicantino permaneciera durante casi dos temporadas sin dirigir al equipo. El conjunto azulón descendió a Segunda en mayo de 2016, iniciando la posterior campaña con Juan Eduardo Esnáider como entrenador. El arranque en la categoría de plata resultó nefasto, y el club relevó al argentino transcurridas solo siete jornadas. El elegido para relevarle fue el propio Bordalás, quien devolvió al equipo a la élite a las primeras de cambio. Encadenó así dos ascensos consecutivos, el logrado con un Deportivo Alavés que prescindió de él pese al éxito logrado y el conseguido con el mismo Getafe, en junio de 2017.
Bordalás consiguó estrenarse en Primera División con el cuadro azulón, y se asentó en ella de la mano de un equipo sólido, reconocible y cuyo cénit llegó con motivo de la Europa League 2019-20, en la que eliminó al Ajax de Ten Hag. La campaña posterior, la 2020-21, resultaría ya más complicada, y al finalizar la misma el técnico dejó la entidad para fichar por el Valencia. Solo duró una temporada en Mestalla, mientras el Coliseum veía a Míchel ser destituido tras un mal inicio liguero y a Quique Sánchez Flores asumir entonces las riendas del equipo.
Nos plantamos así en la campaña 2022-23, la segunda y última que arrancó sin Bordalás en el Getafe. A falta de solo siete jornadas para el final liguero, los madrileños, aún dirigidos por Quique, ocupaban puestos de descenso, y el propio Bordalás les salvó como revulsivo gracias a tres victorias y dos empates. Firmó entonces un contrato de dos años, hasta el próximo junio de 2025, conduciendo al equipo el pasado curso a una tranquila permanencia. ¿Y ahora?
5- Su fútbol de siempre
Pues ahora el Getafe inicia una nueva temporada manteniéndose fiel al librillo de su entrenador, cuya propuesta resulta tan criticada como legítima. Los azulones no apuestan por un tipo de juego que enamore al espectador, pero ejecutan el guión marcado con acierto y desmienten además los clichés que les tildan de defensivos. Son una escuadra ofensiva, pero ofensiva a su manera: presionan arriba, acostumbran a actuar con la zaga adelantada y sus envíos directos están perfectamente trabajados para hacer daño al adversario. La Real conoce perfectamente el tipo de partido que tiene que disputar este domingo. Y aun así le va a costar adaptarse.
En sus dos encuentros oficiales hasta la fecha, los madrileños han utilizado un esquema 4-1-4-1 que interpretaron de distinta forma a la hora de presionar a Athletic y Rayo. Si en San Mamés seleccionaron en mayor medida sus fases de apretar arrriba y actuaron con un bloque medio, ante los vallecanos sí se lanzaron valientes para impedir al rival combinar desde su portero. En esos instantes del encuentro, subían al interior Aleñá junto a Uche para dibujar un 4-4-2 con rombo en la medular. En clave txuri-urdin, toca subrayar que la banda izquierda de los madrileños está integrada por dos ex: Diego Rico como lateral y Álex Sola como extremo zurdo a pierna cambiada.
Con dos puntas nuevos incorporados al equipo, habrá que ver si Bordalás insiste contra la Real en la figura del centrocampista Uche como referencia en punta. Esta fue una solución de emergencia en las primeras dos jornadas, y ahora el africano podría sumarse a una medular en la que también se presume el ingreso de Mauro Arambarri. Titular contra el Athletic en el debut, el uruguayo sintió molestias en San Mamés y fue suplente ante el Rayo, saltando al campo para disputar los minutos finales.
