Escándalo en la UEFA: la afición del Anderlecht burla la prohibición de viajar

La sanción de la UEFA tras los incidentes que protagonizaron los ultras del Anderlecht en Donostia fue clara: tres partidos a domicilio sin poder vender entradas a su afición y 60.000 euros de multa. En el primer partido de sanción, cerca de 500 seguidores del conjunto belga se desplazaron hasta Riga (Letonia), para vivir in situ el empate entre el Rigas FS y el propio Anderlecht (1-).

Diversos medios belgas como Dernière Heure han explicado cómo alrededor de 300 hinchas del conjunto belga accedieron al estadio letón, en zona de afición local, mientras otros 200 quedaron en el exterior del estadio, profiriendo continuos cánticos a favor del equipo belga.

Conviene recordar que su anterior desplazamiento, a Donostia, se saldó con varias detenciones como consecuencia de su inaceptable actitud dentro del Estadio de Anoeta. Consiguieron romper la barrera de metacrilato y lanzar a través del agujero trozos de silla que pusieron en serio peligro a los hinchas locales situados en la Grada Familiar inferior.

La Real prometió hacer fuerza con una serie de reuniones con la UEFA sobre las que el presidente realista, Jokin Aperribay, dijo no poder hablar cuando explicó la situación en el viaje a Belgrado para el partido contra el Maccabi Tel Aviv. Dos partidos a domicilio después, la Real debe recibir el último jueves de mes al Ajax de Amsterdam, cuyos ultras están señalados entre los peligrosos de Europa y hermanados con los del Anderlecht.

El comportamiento de la hinchada belga llevó a la UEFA a imponer sanciones como no vender entradas al Anderlecht para sus viajes, que han sido fácilmente esquivadas. Tanto que según recoge la crónica belga, «el Riga tampoco ha hecho mucho para prohibir la entrada a su estadio a los aficionados belgas. Según algunas fuentes, incluso se animó a los belgas a comprar billetes para aumentar los ingresos. Se respetó la prohibición de vestir de morado. Los miembros locales de seguridad se ocuparon de ello durante los registros».

Consciente de lo que había, el Anderlecht evitó acercarse adonde se encontraban los 300 seguidores de extranjis a agradecer su apoyo, cosa que sí hicieron en Anoeta pese a sus incidentes, lo que les costó el reproche de los jugadores de la Real. «Algunos de los 300 seguidores belgas que siguieron el partido en el estadio se quejaron del hecho de que los jugadores regresaron al vestuario sin venir a saludarlos», recoge Dernière Heure, que avisa que los futbolistas tenían una «orden clara» para evitar posibles sanciones de la UEFA.

El viaje a Letonia se saldó con dos detenciones entre la hinchada belga: la primera, por una pelea entre seguidores belgas (es decir, lo mismo que sucedió en Anoeta cuando la Real marcaba el 1-0) y la segunda, por tenencia de drogas, que en realidad resultaron ser medicamento en polvo; circunstancia que lleva al rotativo belga a asegurar que «el viaje a Riga salió bien. El comportamiento de la afición fue ejemplar, pero aun así la policía local anunció dos detenciones».

El siguiente partido del Anderlecht a domicilio se disputará en Praga ante el Slavia, donde se esperan menos hinchas belgas en una capital donde el equipo local cuentra con su propio grupo ultra.

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