“La gente que está ahí han tenido que pasar momentos horribles”, declaró por la noche en la Ser Jokin Aperribay. Uno de ellos es José Luis Bermúdez, que ya en frío y varias horas después, todavía seguía indignado por lo sucedido en la segunda parte del partido del miércoles cuando comenzaron a arrojar bengalas desde la zona visitante: “He mandado un escrito a la Real. Acabé indignado por la situación que vivimos. Salimos del campo en ese momento decenas de personas, todos acompañados de niños. He mandado dando una serie de sugerencias por la situación que vivimos y sufrimos. No sé si es un lugar idóneo que la grada familiar tenga arriba la grada visitante. El lugar donde más niños hay, como es lógico son los más vulnerables”.
La afición realista no entiende la disparidad de criterios para garantizar la seguridad dentro del estadio. Tan meticulosos para algunas cosas y en cambio para otras…: “Según salí me dirigí a un grupo de ertzainas que estaba ahí y que muy amablemente me indicaron que ellos se encargaban de la seguridad del exterior que en el interior corría por parte del club. No deja de ser raro que a mi hija de 13 años le quiten el tapón de una botella de plástico para evitar que la lancen, que me parece bien, y que luego algunos sean capaces de entrar con bengalas en el campo sabiendo que es una afición peligrosa. Imagino que serán solo cuatro energúmenos, que la mayoría serán seguidores normales”.
Los miembros de la grada familiar, cuya creación destaca, no entienden cómo es posible que la afición visitante se sitúe encima de ellos con el consiguiente peligro en forma de objetos que caen durante los encuentros. Algo que es reincidente y repetitivo: “La verdad es que tuvimos momentos de incertidumbre, esto se va a quedar aquí, va a ir a más. Ante la duda y viendo el miedo que tenían mi hija y mi nieto decidimos abandonar la grada. Es una pena que una parte del campo a la que es una maravilla ir, porque ves al abuelo con el niño, con los padres… Familias enteras. Está claro que me parece un acierto por parte de la Real que hayan puesto esa tipo de grada, pero que justo encima se encuentre la grada visitante no se puede comprender. Normalmente nos suelen caer botellas de plástico, papeles, mecheros… No es agradable, pero lo de las bengalas era peligroso porque te pega de lleno y es capaz de matarte. Ya ha muerto gente por el uso de bengalas”.
Aficionados del Benfica encienden bengalas en el partido de Anoeta
Ruben Plaza
Según Bermúdez, el club tiene que ser consciente de que no ha hecho lo suficiente para evitar incidentes y para proteger a su parroquia: “Es verdad que salió el presidente pidiendo perdón, pero yo creo que hay que hacer autocrítica. Los energúmenos van a seguir apareciendo por ahí y la autocrítica que yo haría si fuese de la Real sería pensar si yo he puesto todos los medios para que eso no suceda. El principal motivo es la seguridad. Tendrá que ser el doble o el triple. No ha sido suficiente, eso está claro. Y si se mantiene la grada por encima tendrás que poner las mamparas o redes o unos alambres hasta arriba para que la protección sea total. Hay que evitar que eso vuelva a suceder porque un día vamos a lamentar que suceda algo más desagradable”.
Al menos la bengala no les causó lesiones, aunque su hija pasara por unos momentos de ansiedad, como le sucedió a bastante gente en el campo. Incluso niños de otras tribunas estaban atemorizados y llorando sin consuelo: “Estábamos a unos metros, no a un lado. Yo vi caer tres, creo que lanzaron luego más. Desde fuera ya vi que estaban encendiendo más. Les dije a la Ertzaintza ¿no podéis hacer nada, desalojar la grada? La seguridad del interior depende de la Real. Bueno, cuando quieren sí que entran. Mi hija tuvo un pequeño ataque de ansiedad. Aita, vámonos, vámonos, me decía, llegó a casa con muchos dolores estomacales del miedo que pasó. Salimos y me decía ves cómo se va todo el mundo. Nunca había vivido una situación de este tipo y se alarmó un poco, como es normal. Pero pudo ser verdaderamente alarmante, no fue ninguna broma. Tienen que poner remedio, no vale solo con excusarse y decir que vamos a perseguir a estos”.
Por último, este abonado lamenta que la Ertzaintza no pueda tener más protagonismo dentro del campo para garantizar la seguridad de la masa social txuri-urdin: “Incluso en la entrada, como había obras y vallaron sus accesos, hubo bastantes problemas porque la gente tenía que pasar por la carretera. Los agentes de naranja andaban locos. Por un lado parece que había mucha seguridad y luego por el otro, había un montón de ertzainas formando un cordón policial cuando ya no había nadie. No sé, al menos que les permitan entrar al interior del estadio para controlar lo que están haciendo”.
La realidad es que pese a la firmeza y a la contundencia con las que se expresó, los ultras que lanzaron las bengalas regresaron a su país con una simple propuesta de sanción administrativa: “Ya sabemos cómo funciona la justicia también. Algún robo que he presenciado, iba a testificar y el acusado pasaba menos tiempo que yo en comisaría. La Real tendría que hacer autocrítica y ver en lo que ha fallado, porque energúmenos de este tipo hay en todos los equipos y se nos colarán. Es una pena que después del partidazo que disfrutamos ayer, nos quedásemos sin poder disfrutar de la fiesta al final”.