Tiene 43 años y una trayectoria de más de dos décadas en los banquillos, pero el nombre del lisboeta João Tralhão no debería sonarle al aficionado de a pie. Buena parte de su trayectoria la ha vivido en la cantera del Benfica (2002-2018), pasando por sus manos futbolistas como João Cancelo, Bernardo Silva, João Felix, Renato Sanches, Gonçalo Guedes… Ahora ejerce como segundo entrenador del ex futbolista Nuri Sahin en el Antalyaspor turco, pero desde la distancia sigue detenidamente al equipo luso, así que habla con conocimiento de causa sobre el partido de mañana contra la Real Sociedad en la Champions League y también sobre la Youth League, competición de la que él perdió como técnico sendas finales en 2014 y 2017 contra Barcelona y Salzburgo respectivamente.
Le empiezo preguntando por los juveniles… ¿Estamos ante el grupo de la muerte de la categoría?
Pues puede ser, sí. Benfica, Real Sociedad y últimamente Salzburgo tienen mucha tradición en la formación de futbolistas, y el Inter es el Inter en todos los sentidos. El grupo de los chavales resulta especialmente competitivo, pero la liguilla de los profesionales también presenta un nivel muy equilibrado.
Hablábamos antes de la entrevista de todos los jugadores que han pasado por sus manos y que, por tanto, ha producido el Benfica durante los últimos años. ¿Cuál es el secreto de su cantera?
Hay muchos. Lo primero que he de decir es que, cuando me incorporé al club en 2002, ya existían un trabajo previo y una tradición como la que te citaba ahora. Mira, por ejemplo, al actual presidente, Rui Costa. Él también había pasado por todas las categorías inferiores del Benfica.
Pero el fútbol evoluciona…
Claro, claro. En este sentido, resultó clave la llegada a la presidencia de Luis Filipe Vieira en 2003. Con él, la academia del club inició un nuevo proyecto formativo, porque su directiva fue consciente de que, en una institución con la filosofía de nutrir el primer equipo mediante futbolistas propios, tocaba reforzar el trabajo de cantera para producir jugadores lo más competitivos posible. Se inició una labor muy coordinada en toda la entidad, con personas dedicándose en exclusiva al trabajo en la factoría. Se invirtió mucho en conocimiento. Y se reforzó también toda la estructura de reclutamiento, dotándole además de una mentalidad más integral.
¿Más integral?
Es que vamos a ver… El Benfica es un club muy importante en Portugal, y tiene acceso así a los mejores jugadores del país. Sin embargo, en el fútbol no se trata de fichar a los jóvenes de mayor calidad. Se trata, más bien, de incorporar a quienes mejor van a adaptarse al juego y a la línea de tu propio club.
¿Qué perfiles buscaban entonces y se buscan ahora? ¿Se conserva la filosofía 20 años después?
Sí, sí, en cierto modo se conserva aquella idea. Buscábamos y se buscan futbolistas con ADN Benfica, en cuanto a lo técnico, en cuanto a valores, en cuanto a disciplina… Nosotros queríamos perfiles concretos en lo futbolístico, en lo psicológico y en lo personal. Y a partir de ahí, una vez incorporado el chaval en cuestión, poníamos el foco en su crecimiento individual, más que en lo colectivo.
¿Qué características deportivas debe reunir un canterano del equipo lisboeta? ¿Qué juego suele proponer la primera plantilla?
Aquí cada entrenador tiene sus matices, pero hablamos, en líneas generales, de un Benfica que siempre ha tenido y tiene una mentalidad ofensiva, muy proactiva. A este equipo no le gusta limitarse a esperar que el rival cometa errores. Y en las categorías inferiores, así, se intentan formar jugadores adaptables a un fútbol como el que he descrito. Aquí te hablo ya en presente porque, con la lógica evolución, creo que la actual directiva de Rui Costa mantiene esta línea.
Todo lo expuesto choca con la actual composición de la primera plantilla. En el posible once contra la Real habría solo dos canteranos, Antonio Silva y João Neves.
Retener el talento no resulta sencillo en Portugal, no es tan fácil como en otros países cuyas ligas tienen mayor nivel, deportivo y económico. Así, el plan de trabajo en la academia también incluye ofrecer a los futbolistas las mejores condiciones, y dotarles del raciocinio necesario para entender que toda carrera tiene sus etapas. Se trata, principalmente, de que no se precipiten y de que entiendan que la formación está por encima del dinero rápido. El Benfica quiere que sus canteranos completen en el club todo el proceso, lo cual implica pasar varias campañas en el primer equipo. Y a partir de ahí, cuando te viene luego un grande de Inglaterra, de España o ahora de Arabia, ya no hay nada que hacer.
A esto último iba yo con mi anterior pregunta…
Bueno ya, pero te repito lo mismo. ¿Qué puede hacer el club ante esas ofertas tan importantes? Nada. Vuelvo a la lista de futbolistas importantes que he tenido a mis órdenes en la institución: Ruben Dias (Manchester City), Renato Sanches (Roma), João Cancelo y João Felix (Barcelona), Gonçalo Ramos (PSG)… Mira qué equipazo podría tener el Benfica ahora mismo. Pero todos se han marchado y el equipo se mantiene muy competitivo, porque ha desarrollado una cultura propia que facilita la renovación de la plantilla cuando se producen estas pérdidas, tanto como con canteranos como con foráneos. Bah, Aursnes, João Neves, Di María… Son nombres propios de la escuadra actual que aportan un rendimiento muy fiable.
Es que hace justo un año, a estas alturas de octubre, el Benfica era una de las sensaciones en Europa.
Claro, y de entre todos los canteranos que te he enumerado solo Gonçalo Ramos estaba en el club. El club tiene una estructura propia, muy sólida, y por eso se mantiene tan competitivo. El año pasado, en esa Champions que citas, fue campeón de grupo por delante del PSG y dejando eliminada a la Juventus. Con esto te lo digo todo. ¡Y ojo! Sin el argentino Enzo Fernández (Chelsea), sin el portero Vlachodimos (Nottingham Forest), sin Grimaldo (Leverkusen) o sin el propio Gonçalo, el núcleo fuerte de aquel equipo sigue en nómina.
¿Quiénes integran ese núcleo duro?
Ahí tienes a los dos centrales (Otamendi y Antonio Silva), al propio Aursnes, a Florentino, a Rafa Silva, a João Mario…
Y encima llegó en verano la guinda de Di María.
Un Di María al que, si me permites, podemos considerar canterano a medias… Su anterior etapa en el Benfica me pilló cómo técnico asistente en el primer equipo, y recuerdo que llegó de Argentina siendo prácticamente un niño. Terminó aquí su formación y después ya ves la carrera que ha tenido.
Puestos a citar algún déficit del equipo actual, todo apunta a la delantera y a la falta de gol de los delanteros. Ni Cabral, ni Tengstedt están viendo mucha puerta, y solo el croata Musa mantiene algo el tipo.
Ya, pero cuando tienes tanta calidad en el equipo, no necesitas focalizarlo todo sobre el puesto de nueve. También pueden aportar gol el propio Di María, João Mario y un Neres que ya jugó en punta en Milán. En el Benfica, el colectivo es el gran protagonista, y permite que la tarea realizadora esté más distribuida.
Me hablaba antes de la idea futbolística del club. ¿Cuál es, más concretamente, la del actual equipo de Roger Schmidt?
Schmidt llegó en verano de 2022 procedente del PSV y creo que se amolda perfectamente a la filosofía ofensiva de la institución. Con él, el Benfica conserva el gusto por el control del balón y por el dominio desde la posesión, pero el equipo también está mostrando gran capacidad para presionar arriba, robar cerca de la portería rival y atacar de forma rápida y vertical tras la recuperación. Ya sabes tú cómo funciona esto… Depende en gran medida del rival. Si se te mete atrás, no vas a poder correr, tendrás que ser más horizontal. Pero si el adversario arriesga y puedes atacar directo tras forzar su error, debes resultar capaz de aprovecharlo. Y este equipo lo es.
El partido de este martes (21:00 horas; 20:00 horas en Lisboa) es decisivo para el Benfica, tras perder ante Salzburgo e Inter en las dos primeras jornadas.
Yo tengo la sensación de que el grupo va a resultar equilibrado hasta el final, pero también es verdad que el equipo tiene cierta urgencia por sumar, y que se enfrenta además a un partido muy complicado. La Real es un equipo súper estructurado, con una idea muy positiva de juego y futbolistas con muchísimo talento. El encuentro se juega en Da Luz, donde el Benfica suele actuar con una energía distinta, apoyado por su afición, pero tampoco me atrevo a ponerle la etiqueta de favorito, porque veo a la escuadra de Imanol capacitada para controlar y retener desde la posesión esa verticalidad tras robo de los portugueses. Auguro una gran noche de fútbol y un duelo muy equilibrado.
Ciudad, afición rival… ¿Qué se van a encontrar los realzales que viajen a Lisboa?
Los seguidores portugueses tienen una cultura según la cual son unos apasionados del fútbol, no solo de su club. Mañana animarán al equipo para que logre la victoria y respetarán al rival. Estoy seguro de ello.