Alrededor de 300 aficionados de la Real Sociedad se han concentrado en torno al monolito de Aitor Zabaleta, en las afueras del estadio de Anoeta, para mostrar su rechazo a todas las expresiones de violencia en el mundo del fútbol y, en especial, a los altercados que se produjeron horas antes del encuentro entre la Real y la Roma del pasado 16 de marzo. Algunos seguidores del conjunto txuri-urdin confundieron el lugar de la convocatoria y acudieron por error a la escultura que recuerda a Alberto Ormaetxea.
La concentración, a la que acudieron representantes de varias peñas, estuvo encabezada por una pancarta en la que se podía leer “La violencia no nos representa. Indarkeria ez da gure eredua. Gora Ereala” y se prolongó durante aproximadamente unos diez minutos, que finalizaron con una salva de aplausos.
Por parte de la Real únicamente acudió uno de los responsables de la seguridad del estadio. La directiva realista puso todo tipo de excusas para no apoyar esta iniciativa y no estuvo presente en la concentración, a pesar de que estaba informada de la convocatoria, del motivo de la misma y de quiénes eran los convocantes del acto.
El propio club reconoció su preocupación por la “proliferación” de estos altercados tras los incidentes sucedidos ante la Roma. Pero no ha movido un dedo para condenarlas a pesar de conocer de primera mano que se trataba de un evento para condenar todo tipo de violencia por todo los sucedido también en varios de los últimos desplazamientos de la Real en las que la gente de bien ha pasado miedo y ha reconocido que se replanteara volver a animarse otra vez. La Ertzaintza teme que algún día las consecuencias de estos actos vandálicos sean más graves, y la responsabilidad de alguno va a ser mayor de la que parece.