La afición del Anderlecht, contundente con sus ultras

Sólo tres días después de ganar en Donostia contra la Real Sociedad, el Anderelcht disputó este domingo el Clásico de Bélgica, en su campo contra el Standard de Lieja. Los de Bruselas cosecharon una nueva e importante victoria (3-0), en un partido marcado también por el modo en que su propia afición abucheó a los ultras del equipo. Estos venían de protagonizar unos lamentables incidentes en Anoeta, sucesos que, al parecer, han supuesto entre los seguidores del club la gota que colma el vaso de la paciencia.

Los altercados entre ultras con motivo de los enfrentamientos entre Anderlecht y Standard de Lieja habían sido una constante durante las últimas temporadas. Por ello, los responsables federativos belgas acordaron que, de cara a la presente temporada, los Clásicos se disputarían sin hinchas visitantes en las gradas. La medida no ha gustado en el seno de Mauves Army 2003, el grupo de ultras del Anderlecht. En señal de protesta, sus integrantes no accedieron a la grada este domingo hasta el minuto doce de partido, instante en que se llevaron los abucheos y silbidos del resto de la grada.

El amplio sector de la afición que presenciaba el encuentro desde un inicio dedicó a los radicales cánticos como «nos avergonzamos de vosotros» («shame on you» en inglés) o «nosotros somos el Anderlecht («we are Anderlecht»). En cualquier caso, este descontento fue más allá y no afectó únicamente a la hinchada, sino que también se hizo notar en la plantilla del Anderelcht. Una vez consumado el gran triunfo, los jugadores locales no festejaron la victoria acudiendo a la zona de los ultras, cosa que sí acostumbraban a hacer en duelos anteriores. Cabe recordar que, el jueves en Anoeta, los jugadores belgas se llevaron la reprimenda de Oyarzabal, Odriozola, Barrene y Aguerd tras acercarse al córner de la hinchada visitante después de ganar la contienda de la Europa League.

Mario Stroeykens

El centrocampista Mario Stroeykens ejerció este domingo de portavoz de la plantilla tras el partido contra el Standard, y pese a su juventud (sólo tiene 20 años) mostró la personalidad suficiente para censurar la actitud de los ultras. «Al terminar el encuentro, hemos celebrado la victoria con la gente, pero no nos hemos quedado por mucho tiempo en esa zona. Nosotros como equipo y el resto de los seguidores también merecemos un respecto. Sé que (los ultras) han protestado porque no hay aficiones visitantes en los Clásicos, pero creo son ellos mismos quienes deben dar ejemplo. Viendo lo que sucedió el otro día en San Sebastián, no debería sorprendernos que aquí se prohíba viajar a las aficiones en este tipo de encuentros».

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