Imanol Alguacil se había encargado de despejar en la previa del partido cualquier atisbo de urgencia: en una cuarta jornada de Liga, no hay espacio aún para los agobios. Y lo cierto es que el técnico oriotarra tenía razón, ya que la Real Sociedad seguiría ahora mismo a tiempo de todo en caso de haber perdido el sábado. Sin embargo, hay que destacar también que alcanzar sin victorias la visita al Santiago Bernabéu del próximo domingo 17 (21.00 horas) habría significado entrar a contrapié en una fase de la campaña más auténtica, con compromisos cada tres o cuatro días y una mayor dificultad si cabe que la del arranque. Por todo ello, el triunfo contra el Granada, importantísimo, significa diversos beneficios: otorga tranquilidad en la antesala de un parón, confirma el despegue de un equipo al que le estaba costando dar continuidad a sus buenas fases de fútbol y, principalmente, permite a los txuri-urdin mantenerse en la pomada clasificatoria. A estas alturas de curso la tabla dice poco, siempre y cuando no quedes descolgado de tu pelea, claro. En este último sentido, sumar el 50% de los puntos en juego, como es el caso ahora (seis de doce), es garantía de figurar en la lucha. De eso se trata en septiembre. Y en octubre. Y en noviembre…
¿Cuál es la pelea de la Real? Aquí toca recurrir de nuevo a las declaraciones de Imanol para ilustrar cómo el equipo no tendrá claros sus objetivos hasta la recta final del campeonato. Sea como sea, la calidad de la plantilla y la magnitud del proyecto sí obligan a fijar como meta, aunque sea de forma muy general, sellar una nueva clasificación europea, mejor de Champions que de Europa League y mejor de Europa League que de Conference. Un billete continental, a secas, significaría el quinto consecutivo, hito histórico para el club, y exigiría cifras de las que siempre vas a estar cerca con la mencionada media del 50% de los puntos obtenidos. Terminar la Liga con 57 (exactamente la mitad de los disputados) habría tenido premio en dos de las últimas cuatro Ligas. En las otras dos, mientras, habría dejado al equipo en cuestión a uno y dos puntos de sellar un pasaporte. Repetimos: se trata de un promedio que te mantiene en la pomada, dentro del pelotón de aspirantes.
Además, sumando la primera victoria en la cuarta jornada y situándose con seis de doce, la Real se sitúa ya en el entorno estadístico habitual con Imanol en los arranques de Liga. El equipo txuri-urdin nunca había vivido tres partidos iniciales sin ganar en los cuatro comienzos de campeonato con el oriotarra a los mandos, circunstancia que sí se ha dado este curso. Ganar al Granada, sin embargo, significa que el comienzo ya no es el peor a cargo del actual preparador, pues la campaña 2020-21 se saldó con únicamente cinco puntos en el mismo tramo del campeonato. Ahora se han obtenido los mencionados seis, por los siete de las Ligas 2019-20 y 2022-23, y los nueve (mejor marca) de la 2021-22.
MUY BUENOS OTOÑOS. Todas estas estadísticas, en cualquier caso, resultan siempre muy relativas, y cambiantes en función del momento elegido para hacer la foto. Además, si comparamos la actual trayectoria realista con las anteriores, debemos tener en cuenta que, durante la etapa de Imanol en el banquillo, el equipo siempre ha firmado muy buenos otoños, llegando en muy buena disposición al mes de diciembre. A partir de ahí, los resultados sí han variado más, dentro de temporadas cada vez más regulares, pero mirando a estos próximos meses hay que tener en cuenta que el listón está muy alto. Por regla general, al equipo no le ha tocado remar contracorriente con Alguacil, acostumbrándose los txuri-urdin a defender colchones obtenidos durante las semanas que se avecinan tras el presente parón.
Visto lo visto el sábado en Anoeta, y teniendo en cuenta que el equipo va adquiriendo el tono competitivo tras un verano peculiar y con escasa pretemporada, no hay motivos deportivos para pensar que esos buenos números otoñales no puedan repetirse. Sin embargo, este curso existe un condicionante que puede dificultar ese acopio de puntos: la Champions League. El máximo torneo europeo, mucho más exigente que el segundo, no va a dar pie a las rotaciones entre semana, y además amenaza con consumir mucha más energía a los blanquiazules, tanto en lo físico como sobre todo en lo anímico. No será fácil regresar a la rutina liguera tras noches de alta alcurnia internacional, pero ahí está Imanol para poner las pilas a los suyos.
SIN DERROTAS, PERO CON TRES DUELOS EN CASA
En el fútbol, como en la vida, todo es relativo. La Real ha iniciado la presente Liga sumando seis puntos de doce, pero tan cierto es el dato como que la cifra en cuestión, en sí misma, carece de un significado completo. Hay que atender también a las circunstancias de los cuatro primeros partidos, que pueden matizar el balance en sentido positivo y en sentido negativo. Si comenzamos por lo bueno, debemos subrayar que, por primera vez con Imanol Alguacil a los mandos, el equipo txuri-urdin permanece invicto tras cuatro jornadas. Hasta la fecha, siempre había perdido un partido (siempre uno solo) en el mismo tramo de competición.
Los matices negativos, mientras, señalan al hecho de que tres de los encuentros disputados se han celebrado en el estadio de Anoeta, por solo uno a domicilio. En Primera División cualquier victoria cuesta, cualquier punto incluso, pero la fortaleza en casa que se le debe presuponer a un equipo europeo convertiría en exiguo el balance de cinco puntos de nueve en Donostia. Este sabor agrio se justifica además desde la injusticia del empate inicial contra el Girona (la Real mereció la victoria) y desde el momento (minuto 94) en el que el Celta marcó aquí el definitivo 1-1, resultado, eso sí, que reflejó mejor lo mostrado sobre el campo por unos y otros.