La Real y empatar la ida en casa: Wroclaw es el camino

La Real Sociedad empató este jueves en Anoeta contra el Manchester United (1-1), en el partido de ida de los octavos de final de la Europa League. Ahora, pasar a la siguiente ronda depende del resultado de la semana que viene en Old Trafford, con motivo de un encuentro que los txuri-urdin afrontarán en circunstancias ya conocidas. Será la quinta ocasión de su historia en la que encaren un partido continental a domicilio tras haber empatado en casa la ida de la eliminatoria. Y el saldo hasta la fecha no resulta del todo positivo, pues implica una alegría y tres decepciones.

Precedentes de la Real en Europa tras empates caseros en el partido de ida de la eliminatoria.


Lo primero es lo primero, a la hora de analizar los precedentes en cuestión. Todos ellos se dieron permaneciendo vigente la regla del valor doble de los goles a domicilio en caso de empate. Así el 1-1 del Hamburgo en Atotxa en 1983, el 1-1 del Dinamo de Minsk en Donostia en 1987 y el 2-2 del Red Bull Salzburgo en Anoeta en 2018 supusieron encarar en desventaja los encuentros de vuelta. Mientras, sí arrancó de forma más equilibrada la eliminatoria (también en 1987) contra el Slask Wroclaw polaco, pues el duelo de ida disputado en el destierro de San Mamés se saldó con 0-0. La Real jugó entonces como local en Bilbao porque Atotxa tenía aún pendiente una leves obras, para reunir los requisitos mínimos de UEFA.

El precedente positivo

Y es precisamente ese, el de la eliminatoria contra el Slask con ida en Bilbao, el precedente al que se agarra ahora la Real para confiar en avanzar en Old Trafford. La plantilla de Toshack, proclamada campeona de la Copa del Rey apenas tres meses antes en La Romareda frente al Atlético de Madrid, debutó en la posterior y ya extinta Recopa midiéndose al conjunto polaco. No hubo goles primero en la capital vizcaina, lo que, unido a la dificultad que entrañaba entonces jugar como visitante en Europa, otorgó el teórico favoritismo al Slask. Sin embargo, los txuri-urdin se mostraron netamente superiores en Wroclaw, plasmándolo en el marcador gracias a dos goles postreros de Loren (minuto 77) y Txiki Begiristain (82).

Desgraciadamente, aquella fue la primera y última ronda de la competición que superaría el conjunto guipuzcoano, eliminado un mes después a manos del Dinamo de Minsk. Se trataba de un rival temible para la Real, por su condición de subcampeón de copa de la antigua URSS: había perdido la final en los penaltis contra el Dinamo de Kiev, también ganador de la liga exsoviética, lo que había otorgado a los de Minsk el billete para la Recopa. Estos empataron en Atotxa tras adelantarse en la primera parte y recibir luego una diana casi sobre la bocina de Gajate. A los quince días, en la fría actual capital de Bielorrusia, la Real no pudo pasar del empate sin goles, lo que le dejó en la cuneta debido a la mencionada regla del valor doble de las dianas a domicilio.

El 2-1 de Hamburgo

Esta normativa ya existía antes, en 1983, cuando el equipo blanquiazul vivió su primera experiencia europea de empate casero en encuentro de ida. Se dio con motivo de la Copa de Europa, en semifinales, y significó uno de los mayores disgustos continentales en la historia del club, si no el mayor. El todopoderoso Hamburgo, campeón alemán, había igualado en Atotxa (1-1), por lo que la Real necesitaba marcar al menos un gol en tierras germanas. En el minuto 80 del partido de vuelta, Diego Álvarez hizo esa diana que significaba el momentáneo 1-1 y que enviaba la eliminatoria a una ilusionante prórroga, Sin embargo, un inmediato tanto local en clara posición de fuera de juego frustró el camino txuri-urdin hacia la posterior final de Atenas, en la que el propio Hamburgo se impondría a la Juventus (1-0).

Festejo del gol de Diego Álvarez en Hamburgo, en 1983.


La cuarta y última experiencia realista, finalmente, nos implica un salto en el tiempo de 35 años, de 1983 a 2018. Sucedió con motivo de la Europa League 2017-18, en la que los entonces dirigidos por Eusebio Sacristán cayeron eliminados en dieciseisavos de final por el Red Bull Salzburgo. Al doloroso 2-2 de Anoeta (gol del atacante japonés Minamino en el último minuto) le siguió en tierras austríacas una derrota 2-1 que significó la puntilla para el técnico vallisoletano, cesado cuatro semanas después.

Nueva normativa

Al hilo de lo señalado en las líneas precedentes, conviene subrayar que la UEFA ya ha abolido de sus competiciones la regla del valor doble de los goles a domicilio en caso de empate. Se trata de una normativa estrenada en 1965 y cuya vigencia se prolongó hasta 2021. Desde entonces, cualquier igualada global tras los encuentros de ida y vuelta implica prórroga (y penaltis si procede), sin importar si dichas dianas se han marcado en calidad de local o de visitante. Así, el Real-Manchester United viaja a Old Trafford con la confrontación completamente igualada, más allá de favoritismos.

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