Los análisis sobre el Maccabi Tel Aviv corren el riesgo de pasar de puntillas por una circunstancia poco relevante en lo deportivo pero muy trascendente en lo socio-político, el conflicto entre Israel y Palestina. Parte de la afición ya ha solicitado a club y futbolistas txuri-urdin, a través de una iniciativa popular, que aprovechen el partido de la Europa League para protagonizar gestos de solidaridad con Palestina, y ha censurado también el “sportswashing” (lavado de cara con el deporte como vehículo) en el que incurriría la UEFA permitiendo el concurso de clubes del país hebreo en sus competiciones.
Lo cierto es que cada vez son más numerosas las voces que critican al máximo organismo futbolístico europeo por su supuesta disparidad de criterios respecto a Rusia e Israel. Cabe recordar que la propia UEFA eliminó de sus torneos a los equipos rusos en marzo de 2022, justo tras producirse la invasión de Ucrania. La medida se mantiene desde entonces y en su día implicó la eliminación administrativa del Spartak de Moscú, que continuaba vivo en la Europa League y debía disputar los octavos de final contra el RB Leipzig.
Sólo el Maccabi
De momento, la participación de israelís en los torneos europeos 2024-25 está permitida. El Macccabi Tel Aviv, eso sí, es el único representante del país, después de que cayeran durante las eliminatorias veraniegas los otros tres clubes clasificados. El Maccabi Haifa fue eliminado de la Conference por el Sabah Baku de Azerbaiyán. El Hapoel Bee’er Sheva fue apeado, también de la Conference por el Mlada Boleslav checo. Y el Maccabi Petach Tikva, campeón de copa, tuvo un verano doblemente amargo: primero se quedó fuera de la Europa League tras perder contra el Braga portugués, y luego de la Conference después de ser derrotado por los rumanos del Cluj.