Robin Le Normand ya es pasado en la Real. Su capítulo fue largo y con giros dramáticos, y al final acabó fichando por el Atlético de Madrid a cambio de unos 30 millones de euros más variables. El destino que eligió, con todo lo que ello significa para la afición txuri-urdin, no ha sido del agrado en Donostia. Robin se siente «muy feliz» y afirma que es un paso «importante» en su carrera y en su vida.
«Encantado» en su nueva casa
El central bretón, recientemente campeón de Europa con la selección española, ha halagado al club colchonero. Ha tenido palabras bonitas para su nuevo entrenador, el Cholo Simeone, para su nuevo compañero con el que coincidió en la Real, Alexander Solorth, y para la afición del Metropolitano. «La afición del Atlético pega mucho con mis valores», ha declarado el internacional español. «Es una afición que pelea hasta el último minuto, y eso me gusta».
«Cuando ya empiezas a ganar una Copa del Rey, una Nations League y una Eurocopa te entran ganas de seguir ganando», ha confesado Robin, haciendo referencia al motivo de su marcha al conjunto madrileño. Ha terminado el vídeo, facilitado por su club en redes sociales, con un «¡Aúpa Atleti!».
Desde los 19 años en Zubieta
El ya exjugador realista llegó a la entidad donostiarra el verano de 2016 procedente del Stade Brestois francés. Al principio le costó adaptarse, hasta se llegó a decir que no valía para el primer equipo, pero con la ayuda de Imanol Alguacil, quien fue su técnico también en el Sanse, fue creciendo a pasos agigantados. En la temporada 2018-19 hizo su debut en Primera División ante el Betis en el Benito Villamarín de la mano de Asier Garitano (1-0). Pero no fue hasta la próxima campaña cuando se hizo con un hueco en el once, y desde entonces, se afianzó como líder indiscutible de la zaga txuri-urdin.
El último lustro de la Real, con una Copa del Rey y cinco clasificaciones consecutivas a Europa (una a Champions), no se entiende sin el bretón. Figura clave y, probablemente, uno de los tres jugadores más importantes. Tras ello, ha decidido dar un paso en su carrera a un equipo, a priori, con aspiraciones más altas. Eso sí, el destino ha sido un factor agravante en su salida.
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