La Real Sociedad ganó este viernes a Osasuna en El Sadar, en un partido durante el que los txuri-urdin volvieron a alternar el 4-3-3 y el 4-4-2 en rombo. Tal y como hicieran contra Rayo Vallecano y Betis, atacaron con tres puntas y defendieron con solo dos, dentro de un funcionamiento que está exigiendo a David Silva dejar la medular para apretar a un central rival. Esta jornada repasamos el encuentro de los blanquiazules desde el rol defensivo del canario, quizás algo más exigente en lo físico que el que venía desempeñando. Este es el análisis táctico del encuentro.
Antes de la llegada de Silva, con Odegaard en el equipo, la Real, aún alternando distintas formas de presión, se comportaba habitualmente así. 4-4-2 con el noruego, muy capacitado para el despliegue y para repetir esfuerzos, saltando constantemente a la primera línea.
¿Un ejemplo? Esta acción de un partido contra el Mallorca en enero de 2020. Odegaard deja la medular y forma junto a Isak la doble punta de ese 4-4-2, asumiendo la misión de presionar al central izquierdo balear.
En agosto de 2020 llega Silva para relevar al escandinavo. Más allá de similitudes entre ambos, cambia el perfil físico del jugador que ocupa esa demarcación: siendo el canario muy fuerte en los duelos, a sus 34 años (entonces) conviene evitarle recorridos largos y constantes.
Imanol actúa y convierte en ‘presión de cabecera’ esta estructura que, repetimos, también se había visto con Odegaard en el equipo, aunque en menor medida. La Real salta a apretar desde una banda, la derecha habitualmente, y se acostumbra a dejar a Silva anclado con el pivote rival.
¿Un ejemplo? Vámonos al 3 de abril de 2021 en La Cartuja, concretamente a la presión previa al penalti del gol. Silva solo tiene que emparejarse con Dani García, mientras Isak aprieta a Yeray y Portu está preparado para saltar a por Iñigo.
Ni qué decir tiene que la instauración del rombo, en abril de 2022, permitió al propio Silva mantenerse presionando en su zona, dentro de un entramado que exigía a menudo retrasarse a Zubimendi (tercer central) y saltar muy arriba a ambos laterales.
Mientras, en los tres últimos partidos, ante Rayo, Betis y Osasuna, el míster ha apostado por un 4-3-3 que en la fase de presión muta a 4-4-2 en rombo. Pues bien, aquí a Silva le ha tocado saltar a primera línea, quedando Merino de mediapunta y los extremos como interiores.
Aquí vemos al canario teniendo que salir a por Aridane el viernes en El Sadar, en un partido durante el que la Real se vio obligada a defender demasiado aculada durante largos minutos. Imanol explicó tras el partido que la intención era apretar arriba siempre que se pudiera, para evitar situaciones de centro al área por parte osasunista. Esas jugadas, en cambio, sí se produjeron con mucha frecuencia (y fueron muy bien defendidas, por cierto).
¿Posibles altrnativas? Hacer que un extremo salte a central y mantener así a Silva defendiendo dentro, más ‘cómodo’ en una zona donde además ha firmado esta temporada robos muy importantes. Se trata simplemente de una reflexión tras un partido en el que, aún empujando mucho Osasuna, la Real defendió más atrás de lo que le gustaría durante muchos minutos. Sea como sea, Imanol conoce mejor que nadie los motivos de esta organización defensiva.