El árbitro asturiano, que mostró catorce tarjetas amarillas y cuatro rojas durante el encuentro, detalló en el acta el contenido de su denuncia. “Al finalizar los primeros 45 minutos, el coordinador de seguridad nos informa que la Policía Nacional identificó a varias personas por, presuntamente, proferir escupitajos hacia el equipo arbitral cuando alcanzaba el túnel de vestuarios”.
Y añadió que “al finalizar el partido, cuando nos encontrábamos en los vestuarios, una persona que no pudo ser identificada por el equipo arbitral, ni por la Policía Nacional tras nuestro requerimiento, ya que abandonó por la puerta trasera del vestuario de técnicos del RCD Mallorca, se dirigió a nosotros a voz en grito en los siguientes términos: Corruptos, sois unos corruptos”.
González Fuertes tomó varias decisiones que encendieron al público, jugadores y cuerpo técnico en el transcurso del partido que la Real ganó 1-2 en el tiempo de descuento.
Uno de los expulsados fue el central y capitán mallorquinista Antonio Raíllo, que vio dos tarjetas amarillas en un minuto, la segunda “por protestar una de mis decisiones realizando gestos de desaprobación con su mano derecha de manera reiterada”.
González Fuertes amonestó a los mallorquinistas Antonio Sánchez, Rajkovic, Nastasic, Samu Costa, Darder, Dani Rodríguez, Muriqi; y expulsó a Antonio Amor (ayudante de Javier Aguirre) y Van der Heyden. Por parte de la Real, vieron la amarilla Le Normand, Zubeldia, Pacheco, Turrientes, Mikel Merino; y expulsó a Casamichana, preparador físico.