La Liga no terminará hasta dentro de cinco semanas. El campeonato y su calendario aguardan aún con seis jornadas por celebrarse, todo un mundo que puede dar pie a las carambolas más insospechadas. Sabedora de que nada está conseguido aún, la Real Sociedad va a continuar adelante con el objetivo de concluir lo más arriba posible en la clasificación, residiendo en un billete para la Champions League la principal meta de la plantilla. Sea como sea, y pese a que todavía restan 18 puntos en juego, la brecha de tres encuentros abierta en la tabla respecto al sexto clasificado (el Betis) asegura prácticamente el logro de un nuevo billete europeo, sea para la competición que sea. Los txuri-urdin apuntan a disfrutar el próximo curso de su cuarta andadura continental consecutiva, circunstancia que encararían tras recibir dos noticias: una buena y una mala.
Los números
La trayectoria de la Real durante la presente Europa League resultó positiva en cuanto a cifras y estadísticas. El equipo ganó cinco de sus seis partidos de la liguilla, concluyó esta fase como campeón de grupo y accedió directamente a los octavos de final: dichos logros le han permitido agregar la nada desdeñable cifra de 16.000 puntos a su coeficiente UEFA, y esta es la buena noticia antes mencionada. ¿Qué hay de la mala? Reside en que, si bien el equipo txuri-urdin ha visto muy mejorada su estadística gracias al reciente concurso continental, pierde también los 9.000 puntos correspondientes a la campaña 2017-18. Cabe recordar que el citado coeficiente UEFA significa la suma del bagaje internacional de un equipo durante las cinco temporadas previas, prescribiendo a partir de junio lo conseguido por aquella Real de Eusebio que se midió a Rosenborg, Zenit, Vardar y Salzburgo. Así, los blanquiazules ganan únicamente 7.000 puntos, al sumar 16.000 y ver desaparecer 9.000. Acudirían a un hipotético sorteo, a finales del próximo agosto, con 33.000 puntos por los 26.000 del pasado verano, un estatus mejorado que podría (o no) traducirse en emparejamientos más amables. Todo dependería de la competición que disputaran los de Imanol.
Champions League
No parece que lo analizado pudiera influir en la situación realista de cara a un sorteo de Champions League. En primer lugar, toca recordar que el máximo torneo europeo ha cambiado su sistema respecto a hace diez años, cuando el cuarto de la Liga española debía disputar una eliminatoria previa. Esto ya no es así, por lo que la Real accedería directamente a la fase de grupos en caso de certificar su principal objetivo. A partir de ahí, su cita con la fortuna el jueves 31 de agosto no tendría mucho misterio, pues la presencia en el cuarto bombo, el más débil, estaría garantizada al 99%. Desde sus 33.000 puntos, y mirando a la situación vivida en el presente curso, los txuri-urdin verían inaccesible un bombo 3 que en 2022 cerró el Bayer Leverkusen con 53.000. Durante todo el verano, eso sí, podría darse rienda suelta a las quinielas respecto al cabeza de serie a elegir para el grupo: la copa 1 queda configurada de antemano con los campeones de la Champions, de la Europa League y de las ligas española, inglesa, italiana, alemana, francesa y neerlandesa (también de la portuguesa si repite algún equipo atendiendo a los requisitos previos).
Europa League
Si la Real tuviera que conformarse con la segunda competición continental, el crecimiento de su coeficiente UEFA sí podría proporcionarle una alegría. En un principio, y atendiendo al ejemplo de la presente temporada, los 33.000 puntos txuri-urdin les mantendrían en el bombo 2. Sin embargo, la frontera entre dicho bombo y el de los cabezas de serie estuvo en agosto en los 41.000 puntos del Olympiacos, con lo que, de mediar un verano prolífico en cuanto a sorpresas durante las rondas previas, los de Imanol podrían optar al primer bombo, el de los equipos más fuertes. Dicho todo ello, lo que sí parece descartado para los blanquiazules es ocupar el bombo 3, el que integraron en el curso 2021-22 para quedar emparejados con Mónaco y PSV (también con el Sturm Graz austríaco).
Conference League
Vistos los resultados de esta última jornada, se hace complicado ya pensar en una Real disputando la Conference League 2023-24. Para que esto ocurra, el cuadro txuri-urdin debe caer al menos a la sexta plaza, a la séptima si el Real Madrid ganara la final de Copa contra Osasuna. En cualquier caso, conviene precisar que, si los blanquiazules debutaran en el nuevo tercer torneo continental, lo harían desde el bombo de cabezas de serie. El pasado verano, por ejemplo, el AZ Alkmaar encaró la competición con 28.500 puntos de coeficiente, siendo esta la cuarta mejor estadística de todos los participantes. Curiosamente, la Conference significa el único campeonato que exigiría a la Real disputar una eliminatoria veraniega a doble partido. Esta se celebraría en los dos últimos jueves de agosto, el 24 (encuentro de ida) y el 31 (encuentro de vuelta).
LA CARTUJA APORTARÁ LUZ
El próximo sábado, a falta de cinco jornadas para que concluya la Liga, quedarán plenamente configuradas las reglas del juego europeo en el campeonato, ya que la final de la Copa del Rey entre Osasuna y Real Madrid dilucidará cuál es el premio continental de cada puesto en la clasificación. El cuarto en la tabla tiene asegurada la Champions, y el quinto la Europa League. El baile comienza a partir de la sexta plaza: si Osasuna gana la Copa, solo da acceso a la Conference, quedándose el séptimo sin billete alguno. Si el Real Madrid es campeón, mientras, el sexto va a la Europa League y el séptimo a la Conference League.