La temporada 2024-25 ya está en marcha en Zubieta, y con ello, algunos viejos conocidos aparecen en escena. Una de las mejores noticias es ver a Martín Merquelanz entrenar sin aparentes problemas junto al resto de sus compañeros. Es uno más, y aunque parezca algo sin demasiada relevancia, es un paso de gigante. El irundarra no disputa un partido, ya sea oficial o amistoso, desde el 11 de septiembre del 2021, hace casi tres años. Desde entonces, el extremo de la Real ha vivido la parte más cruel y dura de un deportista, por lo que su objetivo es volver a sentirse futbolista.
Con la vuelta del equipo a los entrenamientos, se ha podido ver a Merquelanz entrenar con total normalidad. El pasado 29 de abril ya empezó a asomar la cabeza, síntoma de que su lesión progresaba adecuadamente. Ahora, tras varias recaídas y pasos por el quirófano, el zurdo ya ve la luz al final del túnel, y a pesar de que lo más probable es que abandone la entidad txuri-urdin, espera encontrar un destino para volver a disfrutar del deporte rey.
Merquelanz durante un etrenamiento del pasado curso. R.S.
Casi 3 años en el dique seco
El canterano realista era uno de los mejores jugadores de su generación, con una calidad y un golpeo de balón que pocos jugadores tenían. El 10 de diciembre del 2017, aún en el filial donostiarra, sufrió su primera grave lesión al romperse el ligamento cruzado de su rodilla izquierda. Tras más de siete meses fuera de los terrenos de juego, el 1 de agosto del 2018 debutó con el primer equipo en Ipurua, pero a los cinco minutos de saltar al verde, se rompió el ligamento de su otra rodilla, la derecha. Un calvario para un chaval que solo quería cumplir su sueño de jugar en Primera División con el equipo de su vida.
Después llegó la prolífica cesión al Mirandés, equipo con el que demostró todo su potencial. Fueron 17 goles y 11 asistencias en una temporada de ensueño en Miranda de Ebro, donde logró una clasificación histórica a semifinales de la Copa del Rey ante, precisamente, la Real. A pesar de que los jabatos cayeron ante los de Imanol, por el aplazamiento de la final debido al Covid, Merquelanz alzó el título de campeón en aquella mágica y eterna noche bajo el cielo de Sevilla.
Tras aquella gran campaña, volvió a Donostia sin demasiado éxito, ya que en el curso 2020-21 no anotó un solo gol en 17 encuentros. A pesar de ello, su exentrenador en el Mirandés, Andoni Iraola, le llamó para firmar por el Rayo, pero nada más lejos de la realidad, el 11 de septiembre del 2021 volvió a romperse la rodilla. Tras ello, varias recaídas y operaciones que le han privado de volver a jugar al fútbol durante casi tres años enteros. Terrible.
Merquelanz, ante Mikel Merino, en su etapa en Vallecas. Javier Colmenero
Con la vista al futuro
A pesar de todo lo malo que le ha pasado, que no es precisamente poco, el extremo de 29 años nunca se ha dado por vencido. Ahora, ha vuelto a los entrenamientos con una sonrisa, a sabiendas de que, probablemente, sea su último tren para competir al máximo nivel. Por ello, no quiere desaprovechar esta oportunidad, y si todo va como está previsto, deberá buscarse un nuevo destino para ser feliz.