Imanol Alguacil y José Luis Mendilibar se saludarán esta tarde sobre el césped de Anoeta y se emplazarán para verse de nuevo en la Champions 2023-24. La Real Sociedad y el Sevilla cuentan ya con sendos billetes para la próxima edición del torneo continental, vía Liga los txuri-urdin y vía título de Europa League los hispalenses, dándose así la circunstancias para que este partido de la 38ª jornada se vea despojado de casi toda su trascendencia. En clave blanquiazul, sea como sea, existen motivos para apretar en lo deportivo, dentro de un contexto festivo que significa en sí mismo una de esas razones.
Al fin y al cabo, cuando media una celebración como la de hoy, se trata también de ponerle la guinda con una victoria que tampoco resultaría anecdótica. Desde que los triunfos ligueros implican sumar tres puntos, sistema que arrancó en 1995, el equipo txuri-urdin solo ha superado la barrera de los 70 en una ocasión, cuando recopiló 76 para ser subcampeón en 2003. Dos décadas después, la escaudra de Imanol se planta en la última jornada con 68 y la posibilidad de seguir batiendo marcas, en una tarde marcada también por la despedida a Asier Illarramendi. El mutrikuarra deja la Real y en decirle adiós con buen sabor de boca tras un buen encuentro reside otro de los posibles impulsos para tratar de vencer al Sevilla.
El once de Imanol para asaltar este objetivo resulta una incógnita. El oriotarra dice que se toma en serio hasta los amistosos y seguro que diseña su alineación con la idea de formar un equipo competitivo. Las circunstancias, sin embargo, podrían llevarle a introducir algunos matices en el que consideraríamos actualemente equipo de gala. Enfrente estará, mientras, un Sevilla en plena resaca cuya plantilla da, en cualquier caso, para conformar dos escuadras titularísimas. Primará cómo jueguen de motivados los hispalenses respecto a quiénes lo hagan, porque son todos muy buenos.