Hay datos que resumen toda una temporada de diez meses: la Real cerró el domingo pasado la temporada con su victoria número 30. Su récord histórico, por encima de las 28 que se lograron con Toshack en la campaña 1987-88, que acabó con dos subcampeonatos, las 27 con Ormaetxea el año de la imbatibilidad, 1979-80, y las 26 del eibartarra y del galés, en la 1981-82, la del segundo título, y la 1986-87, la de la Copa en Zaragoza. Con los tres puntos sumados ante el Sevilla, recientemente proclamado campéon de la Europa League, los blanquiazules alcanzaron los 71 que se convirtieron en su segunda máxima puntuación en la Liga, solo superada por los 76 del subcampeonato de Denoueix (el Deportivo celebró una con 66 puntos). En una palabra, cierre a un año legendario.
Los blanquiazules han mejorado el capítulo realizador para acabar con 51, once más que el campeonato anterior. Pero la marca todavía parece baja para un conjunto que ha terminado el curso en la cuarta plaza que da acceso a la Champions, como lo confirma que ha sido el tercer equipo que más puntos ha obtenido por diana conseguida (1,39). Solo le superan Osasuna (1,43) y Cádiz (1,40). En lo que respecta al apartado de goles encajados, Remiro, que lo ha jugado todo, ha recibido 35, dos menos que los que recibió el equipo en el curso pasado.
En lo que se refiere al plano individual, el once de jugadores que más minutos han disputado estaría formado por Remiro; Gorosabel, Zubeldia, Le Normand, Aihen; Zubimendi, Merino, Brais, Silva; Kubo y Sorloth. Cabe destacar la extraordinaria campaña protagonizada en registros por Zubimendi. A pesar de tener que sufrir el incómodo acoso por el interés del Barça y el incesante altavoz de su entorno, el donostiarra ha sido el indiscutible organizador del juego txuri-urdin con 36 partidos disputados (todos desde el inicio menos uno).
Take Kubo se ha erigido en el mejor fichaje de la campaña, sobre todo por su final arrollador, gracias a sus nueve goles y a sus cuatro asistencias. Le ha seguido de cerca o casi a la misma altura Brais Méndez, que se ha quedado en ocho dianas y cuatro servicios definitivos.
Hay que reseñar también los más de mil minutos en su vuelta de Oyarzabal (cuatro goles). El nuevo capitán todavía no ha recuperado su mejor versión, pero hay pocas dudas de que lo conseguirá tras completar la pretemporada junto a sus compañeros. Una pena que quien estaba llamado a ser la gran referencia anotadora, Sadiq, se quedase solo en una diana en los escasos 83 minutos que pudo disputar antes de romperse el ligamento cruzado de su rodilla.
El honor de haber sido el máximo goleador corresponde a Sorloth, que ha llegado a los doce, y que ha acabado en el décimo lugar de la clasificación del Pichichi. El mejor asistente ha sido Merino, con nueve, al que solo le ha superado un imparable en la segunda vuelta Griezmann. Por el contrario, el navarro se ha quedado solo en dos goles, una cifra paupérrima para sus condiciones y su calidad. No se puede pasar por alto que Silva ha firmado la mejor de sus tres campañas en txuri-urdin, con cerca de 2.000 minutos, dos goles y cinco asistencias. Y que Illarramendi, en un dato que invita a pensar que se marcha demasiado pronto, ha finalizado con más de mil minutos.
Pacheco por fin ya es el tercer central, Barrenetxea ha sido la gran noticia del final y Pablo Marín la irrupción más ilusionante del filial.