La revista de prensa por los quioscos austríacos no deja lugar a dudas. Como ya ocurrió hace dos semanas tras el duelo contra el Inter, cuando la prensa transalpina se rindió ante la fuerza de Anoeta y reconoció que la Real mereció más suerte que el empate, en este caso, los titulares austriacos apuntan a que “el Red Bull ha perdido de manera sorprendentemente clara” frente a la Real.
“Los Bulls perdieron 0-2 ante el equipo español de San Sebastián sin ninguna posibilidad”, resume el periodista de Salzburger Nachrichten Michael Unverdorben en una crónica en la que, tras “la victoria sorprendente en Lisboa contra el Benfica”, el conjunto centroeuropeo “ha descubierto sus límites en la primera mitad”. Con el recuerdo de la eliminatoria de 2018 y una lectura particular del derbi del sábado, en Salzburgo quizá esperaban otra Real. Peor. Menos competitiva. Más maleable.
El director de Fútbol de la Real, Roberto Olabe, sorprendió antes del choque al reconocer su admiración hacia el Red Bull Salzburg, que choca con el sentimiento de parte del fútbol al detestar lo que simboliza el equipo austriaco desde que la empresa de la bebida energética lo compró.
“Son para mí una referencia en cómo han ido creciendo de una manera sostenida”, aseguró Olabe, antes de alabar que además de fichar jugadores, se han especializado en su formación, “consiguiendo crear un modelo de club y de juego. Nos han enseñado cosas interesantes desde el modelo de juego como la famosa presión alta de la que hablamos ahora, el 4-4-2 en posicionamiento, son muy agresivos…”.
Horas después, y lograda la victoria, Olabe no encontrará mejor halago a la obra que dirige junto a Imanol Alguacil que una frase de la crónica austriaca. “La Real juega al fútbol Red Bull”, sintetiza el cronista una idea que a buen seguro nació en la goleada espantosa que la Real encajó en Turín en el duelo contra el Manchester United en el exilio. La noche en la que el club vue vio con nitidez que competir en Europa era otra cosa. Que tenía otras exigencias.
“Ducha fría en un caluroso día de otoño”
No solo en Gipuzkoa hace una temperatura superior a la habitual estos días. También en Salzburgo, pero a tenor de la crónica de la radiotelevisión pública austriaca, ORF, la temperatura de 23º al inicio del choque bajó gracias a la “ducha fría” que supuso el tempranero gol de Oyarzabal.
La crónica también alaba al árbitro polaco Bartosz Frankowski, que pese a tardar, pitó un penalti del que luego se desdijo: “Actuó de manera ejemplar. Tras un análisis detallado con el vídeo asistente del árbitro (VAR), el polaco volvió a mirar la situación en vídeo y se dio cuenta de que Simic había pisado el pie de Remiro y no al revés”.
“Por mucho bueno que hiciera el Red Bull Salzburg en Lisboa, no ha sido el caso en este partido. Han seguido esforzándose, sí, pero han tenido problemas con la calidad de los visitantes”, resumen en ORF una crónica que destaca la “elegante técnica” de Mikel Oyarzabal y cómo la afición realista ha logrado la vendetta de 2018: “Al final, los aficionados de la Real que viajaban con ellos celebraron y se vengaron del duelo que habían perdido en la Europa League”.
La Real Sociedad brilla con un partidazo en Salzburgo
EFE
“Noche desafortunada”
A diferencia de lo sucedido en febrero de 2018, la fiesta que Red Bull Salzburg había organizado para 30.000 aficionados en el estreno de la Champions esta temporada en el escenario austriaco se ha quedado en nada.
“Es una derrota 2-0 que sin duda duele, que nos molesta y de la que sacaremos lecciones”, resume el club en su propia web en unas palabras autocríticas, quizá en respuesta a algunos silbidos que se escucharon al descanso al equipo más joven de la Fase de Grupos.
“En estos primeros partidos de la Champions deberíamos ser conscientes rápido de que la euforia no siempre se puede traducir en éxito en el campo”, aluden al gran triunfo de la primera jornada contra el Benfica. En un repaso de las principales acciones, la crónica oficial ve clave haber pasado del posible 1-1 a que la Real “golpeara por segunda vez de la nada”.
“Después de perder el balón, los visitantes de repente tomaron ventaja y corrieron hacia la portería de Alexander Schlager. Solet y Lucas Gourna-Douath, que habían llegado corriendo, se lanzaron al disparo de Méndez, pero el balón ha terminado entrando en la portería”, describen lo que a buen seguro es, desde la aparente nada, ese citado fútbol Red Bull. Similar al que horas antes habían padecido los juvenoles de la Real: cinco pérdidas, y derrota 5-2.
En la segunda mitad y superado el penalti que decretó y corrigió el árbitro polaco, con el paso de los minutos, Imanol dispuso “a sus pupilos casi exclusivamente para contraatacar, pues al fin y al cabo había espacio para ello”.
“La Real parecía tranquila en todo momento», resume la web oficial austriaca una derrota que, “más que inmerecida, debido a las circunstancias, ha resultado molesta y posiblemente evitable”.