Teniendo en cuenta la teórica superioridad del FC Barcelona, la Real debe tratar de apelar a cualquier factor que incida en la final, incluso los de fuera del terreno de juego. Entre ellos está el espíritu de Granada, es decir, el recuerdo de aquella jornada histórica que acabó con el 2-1 para la Real ante el Atlético y supuso el primer e inolvidable título de su historia. Allí estuvo Sandra Ramajo, entonces capitana y encargada de levantar el trofeo, ahora entrenadora del equipo cadete de la Real. La irundarra cree que ese espíritu de Granada puede de alguna manera guiar a las actuales jugadoras a volver a hacer historia, ya que ahora, como entonces, el conjunto guipuzcoano parece bastante inferior sobre el papel.

“Fue una semana muy especial para nosotras. Todo era nuevo, las emociones por jugar una final, saltar al campo y ver las gradas llenas, saber que teníamos un súper equipo enfrente…”, desgrana la exjugadora, que considera que esa novedad no será total en esta ocasión, ya que “están Nerea, Ane e incluso Elene”: “Tendrán recuerdos de entonces y sabrán manejarlo mejor. Ya saben lo que es ganar una Copa, lo difícil que es llegar y lo bonito que es jugarla. Ese espíritu de Granada existe y lo sacarán en el vestuario. Además, hay varias jugadoras que tienen experiencia en partidos importantes y están más preparadas”.

Ramajo habla habitualmente con las actuales integrantes de la plantilla y dice que en el vestuario se respira “ilusión” ante la gran final: “Están tranquilas, con ganas. Entonces el Atlético era mejor sobre el papel, igual que ahora el Barça, pero en una final puede pasar cualquier cosa. Seguro que la Real prepara bien el partido y puede ser una final competida”.

Reconoce la irundarra que el conjunto azulgrana tiene “poca debilidades”, aunque “se le puede encontrar alguna”. Y cita el contraataque como un arma con la que las txuri-urdin pueden “hacer daño” al gigante que tendrán enfrente: “Sabemos que habrá que sufrir en muchos momentos, pero también que un partido tiene diferentes fases. Seguro que Natalia Arroyo prepara un partido incómodo para ellas”. Además, el hecho de que el Barça tenga siete días después la final de Champions podría condicionar su puesta en escena en La Romareda: “Tienen que preparar dos finales, veremos qué partido plantean ellas. Jugarán con respeto a la Real, porque saben que es un rival fuere”.

Considera Ramajo que el Barça, pese a sus espectaculares números, no ha estado esta temporada a un nivel tan superlativo “como otros años”: “La Real sabe que puede hacerles daño. Hay que estar concentradas los 90 minutos, defender bien y, cuando estén volcadas, tratar de robar y salir al contraataque”.

Victoria «con el mismo resultado» de hace cinco años

La capitana en la histórica noche de Granada está lista “para pasar el testigo” a la actual portadora del brazalete: “Sí me imagino a Nerea levantando la Copa, por qué no. Lo tienen que creer el equipo y la afición. Desde ahí, haciendo las cosas bien y sabiendo que va a hacer fases distintas en el partido, se puede conseguir”. Se atreve incluso a dar un pronóstico: “Vamos a sufrir, pero me decanto por la victoria con el mismo resultado de entonces (2-1)”. Para eso no cabe duda de que habrá que repetir la actuación de Granada. “Nos salió la final perfecta”, admite.

Sandra Ramajo alza la copa conquistada hace cinco años en Granada. Ruben Plaza


El único consejo que la irundarra se atreve a dar a las jugadoras es “que disfruten de la final, que compitan los 90 minutos, o más si fuera necesario y llevar orgullosas el escudo de la Real”. Además, el hecho de que sean ya los últimos partidos de Natalia Arroyo como entrenadora puede servir como “motivación”: “No va a afectar, al revés. Es una oportunidad para terminar cuatro años de trabajo magnífico, brindarle un buen partido y agradecerle el trabajo que ha hecho aquí”.

Crecimiento gracias al título

En afición gana la Real: “Nuestra gente es lo más importante para nosotras. Su empuje ayuda mucho. Si son 4.000 o más, será impresionante a la hora de llegar al campo y jugar. En Granada fue espectacular el recibimiento, los ánimos durante el partido, cómo lo festejamos luego… La afición les va a dar ese extra”.

Las consecuencias de la Copa conquistada en Granada fueron más allá del título en sí: “Enganchó a más gente e hizo que chavalas jóvenes tuvieran curiosidad por empezar a jugar a fútbol. Cada vez hay más licencias y las jugadoras ya tienen referentes desde pequeñas. Desde esa final, ha crecido el fútbol femenino, ha crecido la Real y ha mejorado la estructura aquí en Zubieta”.

Ramajo, que dirige desde esta temporada al equipo cadete de la Real, vive en primera persona esa ilusión de las jóvenes por la final: “Las chicas de mi equipo están súper nerviosas, van a ir todas a Zaragoza. Cuando se cruzan con las del primer equipo les brillan los ojos. Están viviendo la Copa como si fueran a saltar al campo y seguro que sueñan con ser ellas las que algún día puedan jugar una final”.

La exjugadora está feliz en su faceta como entrenadora: “Las piernas ya no me dan para jugar y me está gustando la experiencia. Me falta formación, pero me encanta lo que hago, voy día a día aprendiendo. Quiero que las chicas sean buenas futbolistas y personas. Tengo curiosidad y eso me hace querer formarme bien, veré con el tiempo hasta dónde puedo llegar en los banquillos. Por ahora disfruto del día a día”.

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