Porque se trabaja muy bien. Encima si tienes en el filial a un jugador que ha sido tan buen mediocentro ayuda a dar ese último paso. En esta cantera se trabaja bien, pero en todas las posiciones.
Illarra decía que a los que meten goles les ponen arriba y a los que mejor juegan, de pivotes.
Eso cuando son más pequeños, en los primeros años. Sí que es verdad.
Ya tiene su dorsal, el 16. ¿Para todo el año?
Entiendo que sí. Me gusta mucho. Lo han llevado muy buenos jugadores como Guevara o Canales. Son un ejemplo para mí. Y en mi cuadrilla me recordaron que cuando era pequeño yo me solía pedir el 16 porque cumplo el 16 de agosto. No me dieron a elegir, me dijeron “que sepas que ya no eres el 25, te han hecho ficha y eres el 16”. Una ilusión increíble.
¿Es ambicioso?
Sí. No soy de darle vueltas a las cosas, como te he dicho, pero sí que me gusta demostrar que puedo dar más y quiero siempre más.
¿Se siente ganador?
Soy competitivo, para todo. En la cuadrilla también hay alguno que también lo es y cuando jugábamos a algo siempre ha habido ese pique para ganar.
Tendrá mal perder como la mayoría de los futbolistas profesionales…
Bueno, tengo días. Creo que lo gestiono bastante bien.
¿Y de los que se viene arriba en ambientes calientes?
Me puede gustar. No soy el que lo va a provocar.
¿Ve muy lejos ser un ‘one club man’ a lo Xabi Prieto?
Para mí, su trayectoria sería perfecta (risas). Es un ejemplo, era una gozada verle jugar, con una técnica increíble. Yo he cumplido un sueño y quiero seguir viendo este sueño. Quiero conseguir cosas aquí, tengo a mi familia y amigos emocionadísimos. Y yo estoy ilusionadísimo por disfrutar esto y espero poder estar el máximo de tiempo posible.
¿El club nunca le ha planteado una cesión?
Cuando llegué al Sanse, estaba jugando un poco menos y me plantearon la opción de salir al Real Unión o a otro equipo que me había llamado, pero Xabi Alonso dijo que confiaba en mí y que no. Justo fue el año del covid y se paró la Liga. Hasta ahí, nunca me lo han vuelto a plantear.
Turrientes casi se pasó en blanco el año pasado, en su estreno con el primer equipo. ¿No le da miedo o respeto?
De momento estoy mentalizado en lo que puede pasar, porque aquí la exigencia es muy alta y si no consigues dar ese máximo, no vas a tener muchas oportunidades. Estoy esforzándome, lo voy a hacer aún más, para intentar conseguirlo. No es algo que me preocupe por ahora. Solo pienso en intentar aprovechar cada minuto que juegue como si fuese el último.
Fue a la sub’21, con la selección que acabó subcampeona este verano…
No había ido nunca antes a ninguna selección. Se lesionó Turrientes y me llamó Luis de la Fuente para ir de su parte. Fue una gran experiencia. Al principio estaba un poco nervioso porque veía a jugadores como Bryan Gil, Abel Ruiz… ¿Qué hago yo aquí? La gente me acogió muy bien, estuve muy cómodo con todos. Estaban Pacheco y Urko, y Julen, el portero del Athletic, con el que había coincidido en el Antiguoko. Al final, nos juntamos mucho con los del Athletic, porque nos conocemos de habernos enfrentado y de las selecciones vascas.
¿Qué reto se plantea para este año?
Mejorar y aportar lo máximo posible al equipo.
Y el equipo qué objetivos se plantea.
Llegar lo más lejos posible, hacer un buen papel y conseguir lo máximo que se pueda. No creo que sea bueno ponernos metas o límites. Hay que intentar aprovechar las oportunidades.
En la Copa ven que pueden volver a hacer algo grande…
Nos gusta ganar y el nuevo formato a un partido pues hace que tengas más ganas de vencer.
Es de los que se acuesta y piensa ‘¡Qué fuerte, estoy en la Real!’.
Tengo mis momentos, sí. Mis amigos me preguntan a ver qué tal es este o si me ha saludado ya André Silva. Luego llego a casa y veo que es verdad lo que me está pasando, y yo lo estoy disfrutando una barbaridad.
Es donostiarra y ejerce de ello.
Sí, bueno, me gusta mucho Donostia. Me encanta darme paseos por La Concha, Ondarreta, La Zurriola, Sagües… Disfruto mucho.
Barrenetxea, Zubimendi y Olasagasti… Buena representación de la capital. ¿Les vacilan?
(Risas) No, en todo caso seríamos nosotros los que podríamos vacilar. Es un orgullo ser de Donostia y jugar en la Real. No puedo pedir más.
¿Le reconocen por la calle?
Muy poco, algún niño. La mayoría de la gente no se da cuenta. Todavía me hace ilusión, me siento extraño.
¿Lee prensa y consume redes sociales?
Redes sociales no mucho. No soy mucho de estar con el móvil. De prensa, más que leer yo, me mandan amigos tanto lo bueno como lo malo. Lo que me llega lo leo, pero no le doy mucha importancia.
¿Sigue viviendo en Gros?
Sí, vivo con mis aitas todavía. De momento sigo ahí. Es que Gros es un muy buen sitio para vivir y por ahora no me muevo porque se están encareciendo las cosas mucho (risas).
¿Es muy futbolero?
Sí, la verdad. Esta jornada he visto cachos del Leganés, donde juega Arambarri, del Huesca de Kortajarena… Aparte de los de Primera División.
¿Estudios?
He acabado Administración y Dirección de Empresas. La misma carrera que ha estudiado Mikel Oyarzabal. Ahora para que me den el grado necesito el Advanced de inglés. Es lo que quiero sacar este año. Me gusta bastante.