Bueno, pues parece que ya se van poniendo de acuerdo. O, al menos, parece que los discursos de entrenador y presidente apuntan en la misma dirección. Hace solo dos semanas, subrayábamos en este mismo espacio que las miras largoplacistas de Aperribay chocaban frontalmente con las ansias de Imanol por reforzar “todos los puestos”. Transcurridos quince días y cerrado el mercado de fichajes, el míster se matizó este sábado, en la víspera de jugar ante el Getafe: quiere seguir ganando con frecuencia, pero asume que pasa a intentarlo con una plantilla renovada y, sobre todo, muy joven. Había sonado raro escucharle al presi a bote pronto, sin anestesia, aquello de que la Real Sociedad empieza a escribir “un nuevo libro”. Pero sí, tiene pinta de que así está ocurriendo. Armémonos de paciencia. Y no perdamos la ilusión.
El precedente
Roberto Olabe accedió a la dirección de fútbol realista en abril de 2018, con poco tiempo de margen para mover el árbol durante el posterior verano. Su obra comenzó a adquirir forma una campaña después, en la pretemporada de 2019, momento en el que sacudió al equipo con un primer “electro shock”. Aquella maniobra, como la actual, implicó rejuvenecer la plantilla de forma importante, incorporándose a la misma, entre fichajes y canteranos, los siguientes jugadores: Isak (19 años), Odegaard (20), Sagnan (20), Remiro (24), Portu (27), Monreal (33), Barrene (17), Guevara (21), Aihen (21) y Le Normand (22). Costó arrancar. Al parón de septiembre nos fuimos tras una dolorosa derrota en San Mamés. Pero meses más tarde, al irrumpir la pandemia, aquella Real era en marzo una máquina de ganar partidos. Se acababa de clasificar para la final de la Copa del Rey…
Juventud por bandera
No se trata aquí de pronosticar que la historia va a repetirse, ni mucho menos. Cada equipo, cada campaña y cada plantilla son un mundo, distintos todos entre sí. Pero pensemos, al calor de experiencias pasadas, que podemos estar ante el inicio de algo muy bonito. Imanol ya lo construyó en su día. ¿Por qué no va a suceder de nuevo? Obviamente, existen paralelismos y también diferencias, consistiendo una de ellas en la experiencia aportada por los nuevos. Si el libro de hace cinco años lo empezaron a escribir jugadores veteranos y con poso como los citados Monreal y Portu, ahora ese rol recae únicamente en un futbolista de 28 años que además viene cedido, Nayef Aguerd. El tiempo dirá si resulta o no suficiente para dotar de empaque competitivo a un equipo cuyos otros cuatro refuerzos nacieron ya durante el actual milenio: Sergio Gómez (2001), Javi López (2002), Luka Sucic (2002) y Orri Óskarsson (2004). Con los promocionados desde el Sanse, obviamente, ocurre más de lo mismo. Son Jon Magunazelaia (2001), Jon Mikel Aramburu (2002) y Jon Martín (2006).
Mal en Getafe
El partido del domingo en el Coliseum supone algo demasiado puntual aún como para hacer ciencia y establecer teorías al respecto. Jugaron muchos jóvenes, es cierto. Pero se dieron también otras circunstancias (lesiones, debuts y reapariciones) que condicionaron las cosas. La Real no estuvo bien. Estuvo fatal, principalmente en ataque. Y se comprende, porque el rival presionó a las mil maravillas y porque no siempre puedes mostrarte exquisito. En cualquier caso, más que el pobre nivel exhibido, sorprendió la renuncia por parte txuri-urdin, con muchos minutos por delante todavía, a elaborar ese fútbol interior que el conjunto de Imanol siempre trata de hilvanar. ¿Faltaron confianza y referentes sobre el campo? ¿Es esta Real más frágil y bisoña? ¿O el contexto se lo llevó todo por delante? Las próximas semanas (meses quizás) nos sacarán de dudas.
Cuatro puntos de doce
En situaciones así, iniciándose una temporada con un plantel cambiado y rejuvenecido, cada punto logrado significa tiempo para trabajar con tranquilidad. Sin embargo, sumar en el arranque solo cuatro de doce posibles no termina de aportar la calma necesaria. Con el Madrid y dos salidas seguidas (Mallorca y Valladolid) en el horizonte, cada victoria vale oro molido. Como la del campo del Espanyol. Menos mal que ganamos allí.
CAUTELA CON ÓSKARSSON, DA DOS PASOS EN UNO
Orri Óskarsson ha pasado en una semana de la Superliga danesa a la Primera División española. Y no resulta nada habitual protagonizar semejante salto. El proceso natural habría consistido para el islandés en fichar por un equipo austríaco, neerlandés o belga (por ejemplo) para dar así un paso intermedio hacia el máximo nivel. Parece que en el Copenhague, sin embargo, no querían vivir un nuevo caso Hojlund, delantero a quien vendieron por dos kilos al Sturm Graz en enero de 2022: seis meses después valía ya 20 (los pagó la Atalanta), y transcurrido año y medio el Manchester United abonó 74. El nuevo txuri-urdin apunta maneras y se ha invertido mucho dinero en él, pero analicémosle con cierta cautela, porque el chaval no tiene culpa de las circunstancias que le han traído tan pronto hasta aquí.
EL SORTEO EUROPEO, UN PEQUEÑO BAJÓN
Conciémonos de que, con el nuevo formato, los sorteos europeos ya no resultan tan importantes en lo deportivo: tus rivales son los otros 35 participantes en el torneo, y no solo los ocho equipos a quienes debes enfrentarte en el campo. Dicho esto, la Real tuvo suerte el viernes en Mónaco, por aquello de evitar a ingleses, Roma y Oporto del bombo 1. Y aun así nos quedó a muchos un regusto amargo, atiendiendo a vertientes ajenas a lo futbolístico. Si exceptuamos Plzen, a la afición tampoco terminan de seducirle los viajes, incluido uno al exilio del Maccabi (¿en Hungría?). Además, está luego el asunto de los ultras, un cáncer que por desgracia conocemos bien por estos lares. Anoeta acogerá las visitas de Anderlecht, Ajax y PAOK Salónica, cuyos aficionados más radicales no son angelitos precisamente.