Le podía haber pasado a cualquiera. La familia Novoa sigue padeciendo un auténtico calvario después de que le cambiase la vida por completo el pasado 5 de marzo. Ese día Amaya Zabarte recibió el impacto supuestamente de un proyectil tras una carga de la Ertzaintza justo cuando estaba a punto de dar comienzo el encuentro ante el PSG. El parte médico del galeno que le atendió especificó que había sufrido una “fractura longitudinal de peñasco izquierdo, correcta neumatización de celdillas mastoides y oído medio. Correcta morfología y posicionamiento de la cadena osicular. Fractura frontal supraciliar izquierda. Se aprecia un trazo lineal esfenoidal derecha que en el contexto clínico puede corresponder con fractura, sin descartar con certeza canal vascular/nervioso”. Además de un edema subdural que puso en serio riesgo su vida y que le ha dejado secuelas físicas que amenazan con prolongarse mucho en el tiempo, y psíquicas, que son aún más graves, al sentirse ninguneados y vilipendiados.
La Ertzaintza llamó a la familia casi de inmediato al enterarse de la gravedad de su estado y le confirmó que abriría una investigación. Cuando estaban a punto de alcanzarse los tres meses desde el día de los hechos y justo tras aparecer en los medios para denunciar que se sentían abandonados por la justicia, Asuntos Internos se puso en contacto con los Novoa para anunciarles, ante su estupor e indignación, que su conclusión es que la lesión no la había producido un impacto de una bala de foam con las que cargan los antidisturbios. Después filtraron a un medio las conclusiones de su informe con la evidente pretensión de desacreditar su versión.
En la imagen sacada a las pocas horas del impacto que publicó este periódico se podía ver cómo Amaya tenía la oreja muy hinchada pero no sufría ninguna herida, lo que confirmaba que fue un impacto muy fuerte y limpio, y parecía descartar que las lesiones las produjesen una caída (como ha defendido la Ertzaintza), una botella o una piedra.
Las imágenes
NOTICIAS DE GIPUZKOA ha tenido acceso a varios de los vídeos de la investigación y al atestado policial de la misma que se encuentra en manos de la jueza que, como ya publicamos, ha sobreseído de manera provisional la denuncia de la familia Novoa. La defensa ya ha presentado un recurso a la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, pero si esta la archiva también, el único recorrido que le quedará dependerá de que se presenten nuevas pruebas para reabrir el caso.
Al ver las imágenes se pueden extraer varios conclusiones:
- Que Amaya aparece por sorpresa desde la mediana, donde se encontraba intentando lograr cobertura para descargarse la entrada con la aplicación de la Real, tratando de huir de la carga policial;
- Que de repente se desploma hacia su lado derecho, lo que es compatible con alguna clase de impacto, en la parte izquierda de su cabeza;
- Que la carga se produce con los agentes portando “lanzadores antidisturbios”, tal y como reconoce el informe del instructor de Asuntos Internos;
- Que la propia investigación del instructor ni confirma ni desmiente que los lanzadores se utilizaran en esta intervención policial («Dichos agentes se encontraban en el mismo marco espacio/temporal, en proximidad a la víctima y portando lanzadores antidisturbios, cuyo uso, a la vista de las informaciones existentes, no puede ser ni afirmado ni desmentido»).
Es decir, en ningún momento niegan la versión de la herida, cuya denuncia se sostiene tanto con las imágenes como con el informe del instructor policial.
Los vídeos revelan que se producen varias incongruencias en la versión policial, con la gravedad añadida de que, no solo omiten socorro a Amaya, sino que cuando, malherida, trata de protegerse junto a la estación del Topo, e indefensa y aturdida intenta zafarse de la carga policial, finalmente no consigue mantenerse en pie aparentemente por el empujón de un agente, que, además y tal y como parecen desvelar las imágenes, le propina una patada cuando está en el suelo y contra la pared.
El incidente ha encendido a la familia Novoa, que, hasta ahora, podía entender que el supuesto lanzamiento del proyectil pudiese haber sido accidental, pero no comprenden cómo es posible ensañarse de esa manera con una mujer que solo estaba intentando que su móvil cogiera cobertura para descargarse una entrada para poder acceder al Estadio de Anoeta junto a su familia, y que encima se encontraba convaleciente en el suelo.
Amaya Zabarte, aturdida y malherida tras recibir un impacto y ser agredida, es atendida por un hombre extranjero junto a la parada del topo. N.G.
En el atestado la Ertzaintza explica de esta manera el incidente: “No se puede afirmar con rotundidad, debido a la baja calidad de las imágenes, pero da la sensación de que en ese instante un ertzaina evita tropezar con ella mientras ésta permanece en el suelo. El agente parece perder momentáneamente el equilibrio, no pudiendo afirmarse si llega a colisionar contra ella”.
Las imágenes hablan por sí solas y la herida tenía un moratón en la cara interna del brazo derecho compatible con el golpe. Cabe destacar también que a Amaya no le asistió ni evaluó ningún médico forense, en otra gestión incomprensible de la investigación.
Momento de la carga
El exconsejero de Seguridad, Josu Erkoreka, manifestó semanas después de lo sucedido que “había mucha movilización, mucha gente en la calle, hubo más de una denuncia… Eran varias calles del entorno de Anoeta las que estaban ocupadas por gente, muchas de las cuales estaban movilizándose, agrediendo a la Ertzaintza, lanzando botellas, piedras…”. La mayoría del atestado se refiere a los incidentes acaecidos en la llegada de los ultras del PSG, una hora antes, justo cuando los aficionados realistas más radicales se acercaron hasta la Plaza Aita Donostia.
En el momento en el que se produjo el lance estaba cerca de comenzar el partido, los hinchas más peligrosos de ambos equipos se encontraban dentro del estadio y en el vídeo se puede ver cómo delante de la Ertzaintza no paran de pasar familias al completo ajenas a cualquier tipo de confrontación o polémica. Es más, justo cuando una persona en silla de ruedas cruza el paso de cebra del Paseo de Errondo es cuando decide cargar la policía en un movimiento aparentemente desproporcionado, ya que a lo lejos solo hay una persona con la cara tapada y les lanz lo que parece una botella en el momento que emprenden su carrera.
Es en ese instante cuando aparece en la imagen Amaya tratando de huir desde la mediana y tras pasar cerca del citado chaval cae a plomo sobre la parte derecha de su cabeza. El atestado lo describe así: “Se puede ver a un varón encapuchado en la mitad de los dos carriles ubicados a la izquierda de la mediana que divide el Paseo de Errondo. Este varón, ante el avance del grupo de ertzainak, lanza un objeto con su mano derecha hacia la línea de agentes. En ese momento sale corriendo una persona desde la mediana, cruzándose con el varón encapuchado. Pudiera llegar a considerarse que la persona que partía desde la mediana cae al suelo como consecuencia de un choque fortuito con el varón que agrede a los agentes, si bien es cierto que también puede tratarse de un efecto óptico debido a la distancia existente respecto a la ubicación de la cámara. La declarante, Amaya Zabarte, desmiente en su declaración del día 24/05/2024 ante la Jefatura de Asuntos Internos que dicho encontronazo se produjese”.
Según la versión policial, en uno de los vídeos “se observa un grupo de personas que se encuentran en el lado izquierdo del Paseo de Errondo, grupo del cual sale el varón encapuchado antes citado”. Sin embargo, las imágenes confirman que no parece que haya ningún peligro y la calle está llena de gente que no tenía nada que ver con los incidentes acaecidos antes.
Los proyectiles
Otro hecho irrefutable es que Amaya aparece en mitad de la carretera y cae desplazada lateralmente hacia el lado derecho, aparentemente por el impacto en el lado izquierdo de su cabeza, y en el vídeo queda claro que por ese flanco los únicos que aparecen son los ertzainas cargando.
El atestado policial reconoce que “se llegaron a emplear ese día un total de 10 proyectiles SIR y 1 proyectil SIR-X. Además, un agente informó de la pérdida de 2 proyectiles SIR-X durante las cargas y avances”.
La herida fue atendida en primera instancia por un adulto extranjero que estaba sentado en la parada del Topo. La Ertzaintza declara en su atestado que cuando regresa a su posición inicial ya no ven a Amaya, algo discutible porque dos testigos declararon a este periódico que le auxiliaron porque la policía pasó de largo sin querer atenderla cuando en la fotografía que ilustra la noticia ya se le ve que está aturdida mirando su móvil hasta el punto de que después pierde el equilibrio en varias ocasiones, según manifestaron las jóvenes.
No deja de ser sorprendente la forma en la que han tratado de desacreditar la versión de los Novoa, primero, al no reconocer las altas instancias que hubo una carga que, evidentemente, se produjo, como ratifican las imágenes; segundo, al explicar que se había actuado por la caída de “una lluvia de objetos” cuando lo único que les lanza un chaval es una botella y ya en se momento habían iniciado su carrera; tercero, y lo más grave, la agresión, ya que el impacto es complicado o imposible de demostrar por la poca calidad de las imágenes, pero, tal y como se desploma la mujer y en la dirección en la que cae malherida, es cuanto menos compatible con la denuncia de la familia mientras que el posible empujón y la patada se comentan solos; y cuarto, en la omisión de socorro cuando le había visto caer al suelo sabiendo que no tenía absolutamente nada que ver con los supuestos incidentes acaecidos, no en ese momento, sino bastante antes en los aledaños de Anoeta.
La conclusión de instructor
Es más, en las conclusiones del instructor de la propia Ertzaintza, primero justifica su carga porque el grupo, que se encuentra a pocos metros y a la vista de todos, estaba, según su versión, preparando para un ataque: “La contención va transcurriendo en el tiempo y en un momento dado, los equipos de reacción observan cómo este grupo de gente se va aprovisionado de objetos arrojadizos, por lo que el Oficial compareciente, solicita permiso al Mando Táctico de UBM (Unidad de Brigada Móvil), para proceder a la disolución o detención de los integrantes del grupo que estaban observando. A la espera de la respuesta el Oficial compareciente insiste en pedir permiso en dos ocasiones más y cuando recibe el permiso, forma las escuadras en columna ya que entre las líneas contención y las personas a interceptar o disolver, se encontraban viandantes ajenos a los incidentes”. En las imágenes no se ve el lanzamiento de “latas y botellas de forma masiva” a las que aludió Asuntos Internos.
Pero lo más importante es que el propio instructor no desmiente en ningún momento la versión de la denuncia de la familia Novoa y contradice la filtración de Asuntos Internos, que descartó rotundamente que fuese alcanzada con un proyectil: “En conclusión, a la vista de las imágenes y otras informaciones de que actualmente se dispone, el Equipo Instructor tan solo puede afirmar que, en el momento en que Amaya Zabarte refiere haber recibido un impacto, se estaba produciendo un avance de agentes de la Ertzaintza en respuesta a unos incidentes graves de orden público que atentaban contra la normal convivencia y seguridad ciudadana. Dichos agentes se encontraban en el mismo marco espacio/temporal, en proximidad a la víctima y portando lanzadores antidisturbios, cuyo uso, a la vista de las informaciones existentes, no puede ser ni afirmado ni desmentido”.
En su filtración interesada publicada con la complicidad de otro medio local, afirman que “una vez descartado que fuese un agente de la Ertzaintza quien disparase a la mujer, los investigadores trabajan por esclarecer la causa de las heridas”. Cuatro meses después, en los aledaños de Anoeta, con todos los medios y cámaras que tenían a su alcance al ser un partido declarado de alto riesgo, si es cierto que no fue golpeada por un proyectil, resulta sonrojante que todavía no hayan encontrado una mínima explicación razonable a que, justo en el momento de su carga, una persona sufriera un golpe que le provocó una doble fractura craneal y un edema subdural que estuvo a punto de provocarle la muerte y que amenaza con dejarle secuelas de por vida.
Ahí están las imágenes para que cada uno saque sus conclusiones…