Una insignia de la Real Sociedad en una víctima de Auschwitz

¿Cómo llega una insignia de la Real a la solapa de un joven checoslovaco nacido este 21 de julio pero de 1923 que sería víctima del Holocausto nazi? ¿Acaso Jirí Popper era aficionado realista? Son preguntas que se abrieron después de que el Memorial de Auschwitz publicara un tuit sobre Jirí Popper, un joven que nació el 21 de julio de 1923 en Praga y que murió veinte años después en el campo de exterminio nazi. Basta con fijarse un poco: en su solapa derecha luce una insignia de la Real.

La foto que publicó el Memorial es la misma que se puede encontrar en la ficha de Popper que digitalizó la web checa sobre el Holocausto. Hijo de Karel y Marie Popperová, la familia fue deportada en julio de 1943 desde Praga al guetto de Terezín (en alemán, Theresienstadt), campo de concentración a unos 60 kilómetros de la capital por donde pasaron casi 150.000 personas. El transporte llevó a 839 personas, de las que sobrevivieron 196.

Dos meses después, la familia fue deportada a Auschwitz, a unos 400 kilómetros. Aquel convoy llevó a 2.484 personas: sobrevivieron 32. Por este campo de exterminio pasaron cerca de 1,3 millones de personas (casi 50.000 checos), de las que el 90% eran judíos. Más de un millón de personas fueron asesinadas o murieron, incluido Jirí Popper.

Llegados a este punto, ¿cuál es la vinculación de Popper con la Real? Poco se sabe a ciencia cierta, pero hay varias pistas que pueden encajar. En una época en la que el fútbol nada tenía que ver con la vertiente global de hoy en día, la Real fue el primer equipo de la Liga que realizó una gira en el exterior de la mano de su entrenador Lippo Hertzka. Marchó a Centroeuropa, donde en 1923 y en 1924 jugó en campos de Alemania, Hungría y Austria, entre otros. Y el prestigio de aquel técnico húngaro también ayudó a que otros equipos extranjeros visitaran Donostia. Fue el caso del DFC Prag, que también vestía de blanco y azul.

La Real de Hertzka jugó dos partidos contra aquel equipo checoslovaco: el 25 de diciembre de 1923 ganaron los checos 1-3, como recoge la web Atotxa.org, mientras que al día siguiente un hat-trick del realista Galatas, con dos tantos desde los once metros, dejó el triunfo 3-0 en Gipuzkoa. Meses después, la Real devolvió la visita a Praga, donde cayó 11-1, como respondió en Twitter la propia Real al Museo de Auschwitz. Atotxa.org y el Memorial avalaron la posibilidad de que la insignia de Popper, cuya familia tendría alguna unión con el club checoslovaco, fuera fruto de un intercambio de regalos.

El Deutscher, impulsado en la capital checa en el imperio austro-húngaro por miembros de la minoría alemana, fue fundador de la liga germana, aunque terminó jugando también en la liga checoslovaca y la húngara. Con muchos jugadores judíos, tras la irrupción nazi en los Sudetes en 1938 y la extensión de las Leyes de Nuremberg, la historia del DFC Prag, que llegó a ser el principal rival del Slavia de Praga, terminó de manera abrupta en 1939.

Casi 80 años después, un grupo de voluntarios puso en marcha en 2016 la resurrección del club, enfocado a la formación de los jóvenes talentos de origen alemán.

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